En algunos rincones de Micronesia, un peculiar país conformado por pequeñas islas sobrevive una tradición de cortejo que consiste en que los hombres salen por la noche con una lanza de madera que ponen frente a la puerta de la mujer elegida. Ella, que puede estar soltera o casada, decide si aceptar o no la invitación a la cópula. Ejemplos como este hay muchos, que dan cuenta de la poligamia como un estilo de vida normal entre las civilizaciones pasadas y que aún persiste como parte de ciertas culturas.
¿Qué lleva a algunas parejas casadas a buscar nuevas formas de vivir su sexualidad? No son pocas las situaciones en las que el matrimonio sigue siendo confundido con un contrato de exclusividad que hace desaparecer la individualidad de los miembros de la pareja. Luchar contra esta normalización de la rutina es clave para que el amor no muera antes de tiempo, y las maneras de hacerlo son tantas y tan diferentes como los tipos de parejas casadas que habitan el mundo.
Intercambio de esposas y matrimonios liberales
Aunque suene demasiado folclórico y alegre, decidir abrir las puertas de una relación (especialmente cuando está el matrimonio de por medio), implica un mayor compromiso de comunicación y organización, pues estas dinámicas no pueden manejarse bajo los mismos parámetros de las relaciones normativas.
En esa búsqueda de nuevas experiencias en pareja surgen varias opciones que, en la mayoría de los casos, no suelen pasar de fantasías: cruceros swingers, intercambio de esposas o esposos, relaciones de tres, experiencias voyeurs… Por suerte, la lista es bastante amplia, pero como decíamos, es importante hablarlo todo, poner reglas y establecer los límites necesarios para que un experimento que busca oxigenar y fortalecer la relación, no termine por ser el que cave su tumba.
¿Cómo funcionan los intercambios de esposas?
Este tipo de dinámicas son muy parecidas en funcionamiento a los tríos o a los clubes swingers, con la diferencia de que se necesita una pareja que quiera hacer el intercambio con vosotros. En este sentido puede ser un poco más complicado de llevar a cabo, al menos a primera vista, pues en estos tiempos que corren las aplicaciones diseñadas para conectar a matrimonios con gustos sexuales afines abundan y aunque fuegodevida está orientada a todo tipo de personas, también es posible conocer a una pareja que se atreva a jugar con vosotros.
¿Cómo proponer la idea sin espantar al otro?
Para hacer funcionar un intercambio de esposas es necesario tener mucha seguridad en uno mismo y en la pareja, además del deseo de experimentar otras formas de placer (o descartarlas) para sugerirle a nuestra pareja este intercambio. Entre los posibles escenarios a contemplar están que ella no quiera; que quiera, pero no se sienta segura de sentir deseo sexual por alguien más; que quiera, pero no quiera verte follando con otra persona, o que tu petición le venga como anillo al dedo a su deseo de experimentar en la cama con otro hombre sin poner en jaque vuestra relación.
Otro de los posibles efectos colaterales de una propuesta parecida es que tu pareja femenina se sienta insegura, o tenga la sensación de que la relación ha fracasado y como consecuencia, su esposo tiene deseos de estar con alguien más. Por eso insistimos tanto en que la comunicación es vital para que una propuesta como esta no solo prospere, sino que sea en pro del placer de ambas partes.