¿Alguna vez has escuchado hablar de la lluvia dorada o de las golden showers? Quizás de buenas a primeras y refiriéndose al sexo, te imagines alternativas asociadas a lubricantes, alguna especie de técnica para el sadomaso o posiblemente creas que se trate de una parafilia singular.
La lluvia dorada en el sexo es conocida también con el nombre urolagnia y consiste en sentir placer al oler, saborear o sentir la orina de tu pareja al caer sobre tus genitales, tu cuerpo o tu rostro.
Ahora que sabes a qué nos referimos con lluvia dorada y qué es, podemos contarte un poco más acerca de las características de este fetiche dentro de un encuentro íntimo. Esta práctica también está asociada con la dominación, en la que la persona que orina interpreta el rol de dominante, mientras que el que recibe actúa como sumiso.
¿Cómo obtener el placer mediante la lluvia dorada?
Hay diversas formas de disfrutar de esta parafilia, que, a pesar de su singularidad, no es considerada ilegal, ni mucho menos una de las peores dentro de este grupo de prácticas para alcanzar el placer.
Cada uno puede disfrutar de la urolagnia de un modo distinto. A ciertas personas solo le agrada sentir la orina de su pareja sobre su cuerpo, en contacto con su piel. Otros se excitan con el olor o con la sensación tibia del líquido y a algunos les produce mucha excitación beberla o que la persona que recibe el líquido lo ingiera.
Hay razones psicológicas y biológicas que explican la razón de este disfrute. En la naturaleza muchos animales recurren al olor de la orina para marcar su territorio, incluso para signar a sus parejas. De algún modo el placer que está asociado a la lluvia dorada para aquél que ejecuta la micción, va asociado a este sentido de pertenencia.
¿Hay riesgos al practicar la lluvia dorada?
Sí que existen riesgos al practicas la lluvia dorada, especialmente si tomamos en consideración que tal y como ocurre con las heces, la orina es una sustancia tóxica a través de la cual nuestro organismo libera algunos de sus desperdicios.
Dependiendo de las condiciones de salud de la persona que micciona, a través de ese líquido pueden viajar otros componentes, como bacterias, infecciones, residuos de sustancias tóxicas que hayan estado en nuestro cuerpo (especialmente si la persona consume estupefacientes o drogas) y, en el caso de haber sangre en la orina, la lluvia dorada podría convertirse en un canal de suma peligrosidad para la transmisión de enfermedades venéreas.
A simple vista podrías pensar que solo la persona que ingiere la orina está en riesgo, pero la verdad es que incluso el contacto de este líquido en la piel o en el rostro podría ocasionar inconvenientes. La orina a veces posee un pH ácido que podría causar escozor, irritación o molestias, especialmente si el líquido cae en los ojos.
Métodos seguros para disfrutar de la lluvia dorada
Es evidente que una de las primeras recomendaciones para disfrutar de esta parafilia sin riesgos es descartar su ingesta.
Independientemente de que la pareja se conozca y se tenga pleno conocimiento de su estado de salud, descartar tragar su orina es la mejor decisión para evitar infecciones, contagios y otros problemas asociados a esta práctica.
En este caso, la mejor alternativa es limitarse a sentir el contacto de la orina sobre la piel o posiblemente olerla, sin exagerar la inhalación. Bastará con percibir su aroma de un modo sano y seguro para avivar ese placer y esas emociones.
Otra práctica saludable, tratándose de la lluvia dorada, es practicarla en la ducha. De ese modo la sustancia podrá diluirse con el agua y desvanecerse de la piel en un tiempo prudencial, evitando con esto cualquier reacción alérgica o irritación.
Al momento de orinar, hay que descartar la posibilidad de compartir el líquido con la pareja al principio o al final, usando solo para fines sexuales la orina que va en medio, la cual se considera la más limpia y saludable de todas.
Los expertos aseguran que la mayor cantidad de bacterias o toxinas son expulsadas a través de la orina al principio de la micción y muy especialmente al final, así que evitar compartir o arrojar este líquido sobre tu pareja por completo, de este modo la proteges de infecciones y otras enfermedades.
No olvides seguir las normas básicas de higiene antes y después del sexo. Una buena limpieza de tus genitales no solo previene la posibilidad de que surjan infecciones por hongos o bacterias, también te ayudará a que la micción no lleve consigo otros residuos o agentes contaminantes que puedan causar molestias tras el sexo.
