Hoy día todo el mundo dispone de un smartphone con conexión a internet y de distintas plataformas de mensajería instantánea. Esto facilita la vida en muchos sentidos. Por un lado, si se acaba de conocer a alguien con quien parece haber cierta conexión, es más sencillo ir conociendo mejor a esa otra persona. Por otro lado, si se tiene una relación a distancia, la separación se hará más llevadera gracias a poder tener un contacto diario con el otro. Pero no solo eso, la comunicación online también es una forma estupenda de establecer juegos eróticos-sexuales que sirvan para calentar motores o para sortear la distancia, pudiendo disfrutar de una sexualidad diferente a la que solemos tener en mente.
Intercambiar mensajes, imágenes o vídeos subidos de tono es lo que se conoce como sexting, una práctica sexual que cada vez es más utilizada por personas de todas las edades. Eso sí, es importante tener cuidado cuando se practique ya que enviar este tipo de mensajes a desconocidos o a personas con las que no se ha establecido una confianza entraña un riesgo importante.
Pero pasemos a lo concreto, ¿cómo practicar un buen sexting?
1. Darse un tiempo antes de empezar
Nunca es buena idea practicar sexting antes de haber tenido sexo con una persona. Por mucho que exista una gran conexión y que la tensión sexual sea palpable, hacer sexting con un casi-desconocido es un doble riesgo. Por un lado, aún no hay confianza y no se sabe qué hará el otro con esos mensajes o imágenes. Por otro lado, se pueden generar unas expectativas que luego hagan que el sexo real no sea tan satisfactorio.
2. Probaturas
Antes de empezar a jugar es recomendable tantear el terreno y ver cómo se siente la otra persona ante una posible conversación subida de tono. Tal vez no sea el momento o tal vez no se sienta cómodo, por eso lo mejor es lanzar alguna indirecta y ver cómo responde la otra persona.
3. Preliminares
Al igual que en el sexo físico, en el sexting también son importantes los preliminares. No hay nada más divertido que calentar al otro para captar su atención y despertar sus ganas de jugar. Esto se puede hacer con palabras, sí, pero también con imágenes que sugieran, pero no enseñen o que no muestren todo.
4. Ponlo todo al fuego
Una vez que ya se está en situación, que ya hay confianza y uno se siente cómodo para llegar a los territorios más profundos de esta práctica, llega la hora de explorar los textos, imágenes y vídeos más eróticos y explícitos. Quién sabe, quizás todo acabe en una sesión de sexo telefónico (pone sex)
5. Usa tu imaginación, olvídate de los lugares comunes
Pero si lo que apetece es probar los límites del sexting, lo ideal es usar la imaginación y dejar de lado toda referencia literaria manida o un desnudo cualquiera y probar a contar fantasías, a explorar los lugares más oscuros de cada uno, a jugar a juegos que funcionen a modo de calentamiento para un encuentro posterior o incluso probar otro tipo de juegos que se queden solo en un terreno digital como un “strip poker” en versión de sexo telefónico o un “descifra los jeroglíficos” sexual utilizando emojis.
6. Disfruta
Por último, no se debe olvidar que todo esto se hace por placer y disfrute personal. Si uno no se siente cómodo con esta práctica o siente que no tiene aún suficiente confianza con la otra persona lo mejor es no hacerlo. A fin de cuentas, como todo en el sexo, se trata de pasarlo bien.
