Sabemos de sobra que las relaciones de pareja no son sencillas. El romance es maravilloso, y, el sexo, cuando funciona entre ambos, puede ser verdaderamente fantástico. Aun así, eso no impide que en ciertas ocasiones surjan situaciones tensas.
Desde luego, discusiones, opiniones diversas y momentos tensos se viven en todas las parejas. Sin embargo, algunos de estos desencuentros podrían hacer que perdiéramos el control, causando un verdadero daño emocional o psicológico.
Esas actitudes en tu pareja, o incluso en ti mismo, que te llevan a vivir momentos de tensión, situaciones de dominación y episodios realmente angustiantes, son las que algunos expertos catalogan como actitudes tóxicas. Por eso hay que estar muy atento a ciertas conductas.
Hablamos de una relación tóxica cuando, en nombre del amor, de la afinidad sexual o del compromiso, uno de los miembros de la pareja, o ambos, asume conductas que atentan contra la individualidad, la autoestima y el bienestar del otro.
Compartiremos contigo una lista de situaciones que te ayudarán a saber si estás viviendo un amor tóxico.
Celos excesivos o posesividad
Es normal que sientas celos. Cada uno de nosotros podría sentirse ligeramente amenazado por la llegada de otra persona que interfiera con nuestros sentimientos o con la dinámica de la relación, pero debes saber cuándo detenerte.
Los celos y la posesividad pasan a ser un problema cuando a tu pareja le causa un enfado irracional que hagas planes con amigos, salgas de casa sin consultarle o avisarle previamente, le dediques mucho tiempo a tus familiares y a otras personas amadas, o empieces a tener actitudes muy cercanas con un desconocido.
Si tu pareja quiere estar en todos los espacios de tu vida, controlar a dónde vas, con quién y acompañarte en cada una de tus actividades de un modo enfermizo, aunque no las disfrute del todo, es probable que estés compartiendo tu vida y tus sentimientos con una pareja tóxica y que desconfía de ti.
El control en todos los ámbitos
Sabes que estás metido en una relación tóxica de pareja cuando la persona a la que amas quiere entrometerse en todos tus asuntos, se irrita ante cualquier tipo de limitación que desees imponer y no sabe cómo detenerse cuando se trata de tu espacio personal.
Una persona con exceso de control no querrá que lleves tus ingresos en secreto, con discreción. Le importará saber cuánto dinero ganas, cómo lo administras y en qué lo inviertes.
No respetará tus espacios, mucho menos comprenderá que a veces quieras pasar tiempo a solas y que desees hacer actividades a las que debes dedicar toda tu atención (como el yoga, el senderismo, episodios de autoerotismo o incluso meditación).
Sentirá que, en tu empeño por buscar tus propios momentos a solas, lo haces a un lado de tu vida y manifestará ansiedad, malestar y preocupación.
Irrespeto en muchas actitudes
Una persona que te ofende, que se vale de cualquier excusa para ridiculizar tus talentos y para hacerte sentir menospreciado es definitivamente una pareja tóxica. No hay razones para recurrir a la ofensa y mucho menos a la humillación.
El maltrato no solo podría llevarse a cabo de forma psicológica, también podrías ser víctima de un menosprecio sexual y esto hay que detectarlo a tiempo. De lo contrario, podría afectar tu confianza y la forma en la que disfrutas de la intimidad.
Si además de subestimarte intelectual o físicamente esa persona con la que estás compartiendo la vida se vale de cualquier ofensa para hacerte sentir torpe o poco apto en la cama; si emplea argumentos hirientes para rechazarte y negarse a vivir contigo una noche de pasión, es fundamental que tomes las medidas que sean necesarias para conversar acerca de estas conductas o, en el peor de los casos, finalizar con la relación.
Recurre al chantaje e impone sus decisiones
La manipulación, el chantaje o la culpabilización son actitudes definitivamente tóxicas. En ciertos casos, estas conductas no solo te pueden llevar a tomar decisiones precipitadas y en contra de tu voluntad, sino que también pueden hacerte tomar decisiones poco acertadas en la vida sexual de ambos.
¿Has tenido que recurrir al sexo solo para que tu pareja no se enfade o te reproche tu falta de atención o tu supuesto desamor? Entonces podrías estar acompañado de un chantajista y esto, definitivamente, no será de provecho para tu relación.
Las actitudes tóxicas podrían repercutir incluso en tu libido, disminuyendo tu apetito sexual y tu deseo por compartir tu intimidad con esa persona.
Sobreprotección en nombre del amor
A muchos de nosotros nos gusta sentirnos cuidados y atendidos dentro de la relación, pero incluso los detalles tienen sus límites. Sentir que una persona está siempre encima de ti cuidando cada paso que das, entrometiéndose en cada decisión que tomas y protegiéndote de todo y de todos de un modo enfermizo, es una conducta obsesiva que podría agobiarte.
No permitas que tu pareja tome las decisiones por ti, especialmente las que son importantes. Muchas veces nos acostumbramos a este tipo de actitudes, sin darnos cuenta del riesgo que corremos al dejar a otros tomar las riendas de nuestra vida.