Hoy en día, ¿quién no tiene un teléfono móvil para comunicarse? Los tiempos han cambiado (de hecho, cambiaron hace mucho) y las largas cartas de amor (sensuales, eróticas o, directamente, porno) han dado paso a los mensajes eróticos, más rápidos, divertidos y llenos de posibilidades. Ya no se trata de páginas con elaborada prosa para calentar al destinatario, pero eso no quita que un mensaje erótico breve y bien escrito no pueda subir la tensión a cualquiera.
Pero, efectivamente, la clave es que el mensaje erótico sea bueno. No vale mandar cualquier cosa que se te pase por la cabeza, ya que cada mensaje tiene su momento (e, incluso, algunos, es mejor no mandarlos nunca). ¿Cómo acertar con esos mensajes? ¿Cómo seducir, calentar, excitar o poner muy caliente a la otra persona con un mensaje tan breve? Vamos a desgranar algunas claves de qué se puede y no se debe hacer a la hora de practicar el llamado sexting. Es decir, mandarse mensajes eróticos.
Mensajes eróticos: ¿por qué enviarlos?
Quizá la pregunta sea: ¿y por qué no? Bien, hay motivos muy buenos para no andar mandando mensajes eróticos: porque es la persona inadecuada (tu madre, abuelo, jefa…); la otra persona no quiere que lo hagas (una pareja a la que no le gustan estos juegos); no es el mejor momento para eso, en la relación que sea (no es apropiado para todas las situaciones); el contenido es inapropiado (demasiado explícito, por ejemplo, y puede no gustar a alguien); o no sabes dónde acabará esa foto o ese vídeo que acabas de enviar (¿te fías de la otra persona? ¿Puedes mandarle una foto de tus tetas sin temer que acabe enseñándolas a otros?).
Son motivos muy buenos para plantearse la idoneidad de los mensajes eróticos. Pero, ahora bien, si se trata de una pareja o un rollete en el que las dos partes saben muy bien lo que están haciendo y hay complicidad, acuerdo y, sobre todo, mucho morbo ¿por qué no jugar al sexting hasta ponernos muy calientes? Alegremos el día del chico o de la chica que nos pone cachondos con buenos mensajes eróticos. Tomemos precauciones, respetemos los límites y, a partir de ahí, a divertirse y gozar.
Lo importante que las dos partes se lo pasen bien. ¿Conoces bien tus límites y los de la otra parte? Entonces, lánzate. ¿No lo tienes muy claro? Entonces no te dejes llevar por la calentura y trata de tantear, conocer y dejar que poco a poco el roce haga el cariño.
¿Cómo hacer buenos mensajes eróticos?
El principal reto del mensaje erótico está en saber en qué situación estáis tu pareja o posible pareja y tú. ¿Es ella receptiva? ¿A él le gusta el juego picante? ¿Le divierten y excitan las vulgaridades explícitas? ¿O prefiere la sensualidad de la insinuación? ¿Le gusta recibir fotos calientes tuyas? ¿O acaso le molestan?
Todo esto es crucial, ya que, de lo contrario, te puedes encontrar con el rechazo y puedes haber perdido no solo el tiempo, sino también la oportunidad de agradar a la persona que te gusta, chico o chica. En contra de lo que se suele decir, las tías no siempre son apocadas ni los tíos van siempre a saco. Muchos hombres valoran y aprecian el sexting más sensual y relajado, que va creciendo en intensidad, poco a poco. Y muchas mujeres, cuando hay confianza, disfrutan con los mensajes y las fotos más explícitos e, incluso, vulgares.
Si conoces bien los gustos o estilos de la otra parte, puedes empezar una “sesión” de mensajes eróticos, en los que podrás elegir el ritmo y la intensidad: a saco y sin preámbulos, con ritmo lento y muy poco a poco o ni una cosa ni la otra, sino a saltitos, según vas viendo en las respuestas de la otra parte. El ritmo lo vas viendo tú, según el momento, pero lo que no sabes y debes aprender es el contenido más adecuado.
El contenido del buen mensaje erótico es algo que se entrena. Ser gracioso no siempre es fácil. Tener gancho con lo que dices tampoco es sencillo. Y ser elegante, poético, romántico o interesantemente sexual (sin ser grosero o bruto) tampoco está al alcance de cualquiera. Son cosas que debes aprender con la práctica y buena mano. Pero no hace falta que te pongas a estudiar literatura para esto, por suerte. Intentad ser creativos e imaginativos, para sorprender y cautivar a la otra parte, que responderá, en consecuencia, intentando también calentar. Esto es un juego de a dos y, si va bien, puede acabar en algo tan caliente que quizás os den ganas de tocaros. O puede que de algo más.
Veamos algunos ejemplos:
Para mandar a las chicas:
- “Me gustaría tocarte con mis manos codiciosas para buscar un tesoro que quiero abrir con mi lengua” (poético y sensual).
- “Copita de vino, baño con sales, abrazos, besos… Esta noche eres mía” (romántico).
- “Que sepas que me tienes loco: quiero ponerte contra la pared, tomarte, poseerte y hacerte gemir, hasta que no puedas más” (explícito y directo).
Para mandar a los chicos:
- “Quisiera tener tus manos recorriéndome, acariciándome, dibujando mi cuerpo” (poético y sensual).
- “¿Sabes? Me gustaría hacer contigo lo que ahora mismo estás imaginando” (directamente indirecta).
- “Se acabó el juego. Me voy a tirar al primero que aparezca por la puerta y espero que ese seas tú” (atrevido e inteligente).
- “Hoy soy el primer plato, el segundo y el postre. Necesito que cojas tu cuchara y me devores” (directo).
- “Se ha encendido fuego entre mis piernas, ¿tienes una manguera?” (explícito).
- “¿Estás llegando a casa? Estoy totalmente desnuda y me ofrezco al primero que toque mi timbre” (explícito).
El mundo de los mensajes eróticos es casi como un género literario en sí mismo. Está lleno de posibilidades para la seducción, poner cachondas a las parejas y llenar la relación de promesas calientes que, tarde o temprano, querréis cumplir. Con foto o sin ella, con vídeo o sin él (ya sea para reíros, dar un toque picante al día, tocaros o calentaros (para un gran polvo final)), los mensajes eróticos son unos juegos que no os podéis perder.
