Pensamos que en el sexo la vista y el tacto tienen un papel protagonista. Sin embargo, no son estos los sentidos que juegan el rol más activo en la atracción sexual, sino el olfato. Gastamos enormes fortunas buscando el perfume más exuberante, más caro o aquellos que nos evocan un aroma más especial. Sin embargo, y aunque hay olores que resultan especialmente afrodisíacos, lo cierto es que hay una sustancia que supera a todas las fragancias del mundo y lo más curioso es que su olor no se percibe por los sentidos de manera consciente. Hablamos de las feromonas. En la naturaleza sabemos que cada especie animal, y dentro de ellos, cada familia, cada manada y cada miembro tiene su propio olor y a través de él se comunican, se cortejan y se retan, reconociéndose o rechazándose como miembros merecedores de simpatías o no. Es el famoso marcaje a través de la orina que realizan todas las especies animales, sobre todo nuestros gatos y perros cuando convivimos con ellos. Pues bien, los seres humanos también producimos feromonas.
Qué son y cómo funcionan las feromonas
Los efectos de las feromonas fueron descubiertos en 1956, cuando los científicos, estudiando a la polilla del gusano de seda, encontraron que una sustancia procedente de una glándula situada en el abdomen de las hembras provocaba la estimulación de la polilla macho, de forma que iniciaba frenéticamente su danza de cortejo para el apareamiento.
Pero este particular y universal perfume sexual no se percibe a través del olfato comúnmente como el resto de los olores, sino que hay un órgano específico encargado de recibir dichos estímulos. Se trata del órgano vomeronasal, el cual, eso sí, se encuentra muy cerca del olfato, en concreto en el hueso vómer, entre la nariz y la boca. Son las zonas cerebrales que gestionan la reproducción y los comportamientos asociados a la misma, es decir, el apareamiento y el cortejo.
Se ha llegado a la conclusión de que exponerse a las feromonas puede incluso alterar el ciclo menstrual en el caso de mujeres que viven juntas o reducir el estrés y la ansiedad.
Atraer al sexo opuesto, delimitar el territorio y expresar el dominio o liderazgo en el seno de un grupo o una manada. Estas son las funciones que las feromonas tienen en todas las especies animales. Lo que sucede es que en el caso de los seres humanos, a lo largo de la evolución las feromonas se han inhibido. Las feromonas surgen principalmente por el sudor y debido a que ir a la calle oliendo a sudor o tener un encuentro íntimo sin ducharse y perfume no es muy aceptado socialmente, nuestro aroma natural se camufla mediante aromas artificiales procedentes del champú, geles de baño, cremas, desodorantes y perfumes.
Conocida la eficacia que tienen las feromonas para la atracción sexual, en la actualidad se están comercializando productos que tienen como finalidad estimular la segregación de esas sustancias y potenciar sus efectos. La oferta de productos que contienen feromonas es muy amplia y variada.
Productos con feromonas para potenciar la sexualidad
Hay aceites, lubricantes, perfumes e incluso juguetes sexuales que ya vienen con feromonas añadidas. Todos ellos tienen la misma finalidad, despertar nuestro instinto más primitivo mediante estos aromas que percibe el órgano vomeronasal, y resultar más atractivos a los ojos (o al olfato) de la persona a la cual queremos conquistar y cuya pasión erótica queremos estimular.
Las feromonas funcionan tanto para atraer al sexo opuesto como para quienes buscan la atracción en una relación lésbica y homosexual. Son sustancias por completo naturales y, por lo tanto, inocuas para la salud. Todo el mundo puede usarlas. Y como su olor es neutro, no se detecta salvo inconscientemente y es posible combinarlo con nuestro perfume habitual y usarlo sin miedo a ser pillados in fraganti. Nadie se dará cuenta de que las usas. Hay productos específicos con feromonas para atraer hombres o feromonas para atraer mujeres.
A continuación, una lista de los productos más habituales:
Aceites con feromonas
Normalmente se usan para los juegos preliminares del sexo y para dar con ellos un masaje erótico a nuestra pareja. Junto con los masajes sensuales, supondrá un aliciente más a nuestras relaciones sexuales, aumentando el clímax y elevando la temperatura.
Perfumes con feromonas
Como cualquier perfume o colonia, se echan unas gotas en las zonas más expuestas de nuestro cuerpo y, en especial, en aquellas por donde circula la sangre: cuello, muñecas y detrás de las rodillas. Normalmente, estos perfumes con feromonas, además suelen tener un olor muy rico. Suelen tener androstene y alfa-androstenol, que son feromonas masculinas y femeninas. El principal efecto es que favorecen la autoestima, lo cual resulta clave a la hora de tener un cortejo sexual exitoso.
Ambientadores con feromonas
Tienen la ventaja de que afectan por igual al hombre y a la mujer o, en definitiva, a ambos miembros de la pareja. Las feromonas producen un ambiente más relajado y mejoran el humor, predisponiendo para el sexo. Conviene colocarlos 20 minutos antes del encuentro y evitar corrientes de aire. Pueden potenciarse sus efectos usando un rociador ambiental.
Incienso con feromonas
En lugar de un ambientador, si eres un romanticón, puedes colocar incienso. El efecto es el mismo, aunque recrea mejor el ambiente íntimo y pasional.
Lubricantes con feromonas
Se emplean como cualquier lubricante, para favorecer la penetración, ya sea con juguetes o con vibradores, como los empleados en el coito. Añadir feromonas hace más estimulante el acto.
Hemos dicho que el uso de feromonas es inofensivo. Ahora bien, tampoco se debe abusar y exagerar las dosis. Y es que un exceso de hormonas puede provocar justo el efecto contrario al deseado y en lugar de calentar a tu pareja puede provocar un arrebato de agresividad o ponerle a la defensiva.
Con toda la oferta de productos con feromonas que tenemos, escoge el que más te guste y disfruta de tu sexualidad favoreciendo de manera fácil y natural tus encuentros íntimos. Hay para todos los gustos y bolsillos y se encuentran en cualquier tienda erótica.
