Hablar de parafilias es algo complejo. La información que se puede encontrar en la red es muy amplia y, a la vez, muy contradictoria. Partiendo desde el diccionario de la RAE, la definición de parafilia que ofrece es la de “desviación sexual”, con una clara connotación negativa. En otras fuentes se profundiza en la etimología del término, proveniente del griego, también en un sentido negativo, considerando que las parafilias son directamente trastornos sexuales y traduciendo la palabra como “al margen del amor”. Sin embargo, quizás la interpretación más acertada de parafilia sea aquella que la define como esas conductas sexuales a través de las cuales se obtiene excitación o placer desde unos estímulos inusuales.
Como se puede ver ver, la controversia está servida, y según quién hable de las parafilias se puede, quizás, encontrar una mirada que juzga o alguien que entiende que lo que excita a otra persona no tiene por qué excitarle a él. En cualquier caso, sí es claro que para hablar de parafilia la conducta sexual en cuestión debe permanecer a lo largo del tiempo. Sirva también para poner en contexto que no hace demasiados años el sexo oral, la masturbación y la homosexualidad estaban catalogadas como parafilias, lo que permite ver cuánto depende esta definición del marco social y del avance en la liberación sexual.
Existen muchos tipos de parafilia distintos. Algunas son simples fantasías sexuales, una manera de vivir la sexualidad alternativa. Otras entran dentro de lo que sí podríamos llamar trastornos parafílicos. Sin embargo, dado que nombrar todas las filias sería casi imposible, aquí va un listado con algunas de las parafilias más comunes (y otras bien curiosas):
Fetiche
Una persona fetichista es aquella que recibe excitación sexual de un objeto específico o de una parte del cuerpo concreta. Un clásico es el fetichismo de los pies o de los zapatos de tacón, pero no siempre tiene por qué ser tan “común”.
Clismafilia
La clismafilia consiste en la obtención de placer y excitación a través de utensilios y juguetes eróticos de estimulación anal.
Harpaxofilia
La harpaxofilia es la excitación y el placer ante un atraco o un asalto con violencia.
Masoquismo
Una de las prácticas sexuales más extendidas dentro de la categoría de las parafilias es el masoquismo, que consiste en la excitación y el placer que provienen del dolor durante la realización del acto sexual.
Sadismo
Asociado al masoquismo tenemos también el sadismo, que es precisamente la obtención de placer a través de la acción de infligir dolor durante el acto sexual.
Misofilia
Una parafilia muy particular es la misofilia, que consiste en la excitación obtenida por la ropa sucia (en muchos casos la ropa interior, pero no exclusivamente) de la otra persona.
Autonepiofilia
En la autonepiofilia el placer surge o de vestirse como un bebé o el uso de pañales (incluso ambos).
Voyeurismo
Otra parafilia muy extendida y conocida que se basa en la obtención de placer a través de observar a otras personas realizando el acto sexual. Una variante del voyeurismo sería el candaulismo, que es el placer y la excitación de ver a la pareja manteniendo relaciones sexuales con otras personas.
Robofilia
Todo aquel que viera “Her” sabrá de esta parafilia. Es la excitación sexual que se obtiene de los robots.
Elifilia
La elifilia es la atracción sexual que se obtiene de los tejidos, otra parafilia bastante curiosa.
La lista podría seguir y seguir, sin embargo, es importante tener claro que el momento en el que no es posible llegar al orgasmo de otra manera que no sea cumpliendo estos requisitos se debe buscar un tratamiento para esas parafilias, ya que aquí deja de ser una “conducta sexual alternativa” para convertirse en un trastorno de la sexualidad que puede acarrear muchos problemas.