El sexo es algo natural. Todos deberíamos ser capaces explorar nuestra sexualidad para poder disfrutar de los placeres y beneficios que estas prácticas nos reportan tanto a nivel físico como emocional. Y, aunque a veces nos da vergüenza expresar nuestras fantasías y nuestros deseos, debemos eliminar esos miedos si queremos tener una vida sexual plena y satisfactoria.
Hoy queremos hablaros de una práctica que pretende llevar el placer a otro nivel, el 72, una técnica sexual que no es muy conocida pero que, una vez la probéis, no os dejará indiferentes.
Todo empieza con una postura sexual que, al contrario que el 72, es conocidísima, el 69. Para hacer un 69 lo único que debéis hacer es tumbaros uno sobre el otro de manera que vuestras bocas estén en contacto con el sexo de la otra persona, pudiendo así practicaros sexo oral el uno al otro al mismo tiempo. El 69, como ya sabréis, es una postura fantástica ya que permite dar placer oral a la vez que se recibe disfrutando también del erotismo de sentir el contacto de los cuerpos.
Pasar del 69 al 72 hará que la postura pase de ser sumamente placentera a ser una práctica sexual más extrema. Para ello, partiendo desde el 69, tendréis que comenzar a estimular el ano de la otra persona, aprovechando tanto la lubricación natural como usando otro tipo de lubricantes que ayuden a humedecer la zona y hacerla más accesible. Después, poco a poco, deberéis buscar una primera penetración con un dedo, para seguir estimulando y dilatando el ano, buscando siempre dar más placer a la otra persona. Por último, pasaréis de utilizar un dedo a penetrar con tres dedos y hacer movimientos suaves que hagan disfrutar a vuestra pareja. Todo esto, por supuesto, sin detener la estimulación oral.
Como veis, el 72 es una práctica que combina sexo oral con sexo anal, siendo una fantástica postura para esa noche especial o como un calentamiento para una sesión más salvaje en la que practiquéis sexo anal. No hace falta que os digamos lo sumamente placentero que será para vuestra pareja el 72, pues el estímulo es doble. ¿Os atrevéis a probarlo?