Sexo y tecnología son dos conceptos tabús en muchos aspectos todavía. La tecnología es una maravilla, no vamos a negarlo. Y el sexo aporta importantísimos beneficios a la salud. Sin embargo, cuando tecnología y sexo se unen, si bien las posibilidades que ofrecen son muchas y, la mayoría de ellas, la mar de excitantes, también pueden ser consideradas como armas del diablo si no ponemos cabeza y sentido común en el uso que hacemos de ellas. Es lo que has escuchado centenares de veces, con la diferencia de que ahora no son tus padres quienes te advierten las manos diabólicas que traen las tecnologías, sino la propia policía y los especialistas, quienes alertan de que el sexting, o enviar fotos eróticas con el móvil y otros dispositivos, puede acarrear importantes consecuencias a nuestra salud psíquica, emocional y, no solo eso, también a nuestra propia integridad y moral.
Parece un gesto inocente, aunque no lo es tanto. Coger el móvil y regalar a tu novio una instantánea de tu anatomía como aperitivo de lo que le vas a dar cuando vuelva a casa. O sofocar las calores de tu pareja en la distancia enviándole imágenes de tu cuerpo desnudo para que se desahogue a modo de juguetito. Tampoco faltan esos momentos de locura, en los cuales, quizá con alguna copita de más o, sencillamente, con ganas de marcha, se nos ocurre jugar a estrellas porno enviando fotos nuestras picantes a algún conocido o contacto.
El gesto privado y del todo inocente en apariencia, puede ser nuestra perdición. Cierto que por teléfono ni te quedas embarazada ni contraes enfermedades. Te preguntarás entonces a qué viene este revuelo. Si supieras la de casos de adolescentes que son acosadas cada año por iniciarse en estas costumbres o que, sin ni siquiera saberlo, tienen mientras estás leyendo este artículo, fotos suyas en páginas porno.
La costumbre de sacarse fotos porno o sexting
El teléfono móvil con cámara incorporada facilita mucho las cosas y despierta nuestra imaginación. Es fácil caer en la tentación de sacarse fotos cuando nos vemos estupendas en bikini o con nuestro nuevo modelo de lencería. También puede que hayas caído en alguna ocasión en un pecadito en el cual, aunque no confesamos, hemos estado tentadas. Me refiero a, cuando tienes un calentón, fotografiarte en plena acción y compartir esa imagen deseosa de que algunos hombres te regalen el oído y, de paso, aumenten tu autoestima contándote qué sensaciones provoca tu cuerpo sobre ellos. Todo esto que parece tan excitante y que añade un poco de morbo a nuestra vida, a veces gris y monótona, puede terminar con un disgusto importante.
El 58 % de los adolescentes lo practica con asiduidad. Ya sea enviando sus fotos por móvil o por correo electrónico, los riesgos son los mismos. Lo más grave es que la mayoría de los sexters son menores de edad. En tal caso, puede darse incluso que metan en líos a padres o a tutores por comercializar y utilizar fotos de un menor y ser involucrados en temas de abusos, extorsión, bullying, acoso y, por supuesto, lo más común, que nuestra imagen entre a formar parte de páginas de pornografía.
Imagina que te sacas una foto para dársela a tu adorado novio. Ahora imagina que un día tu novio y tú os peleais y esas fotos comienzan a circular por las redes sociales. Tan solo hace falta darle a un botón para que esa imagen que tiene en su teléfono porque tú misma se la has enviado, aparezca compartida en otros móviles o en la red social. Tu reputación podría irse a pique y tu desnudo quedar expuesto a la vista de todos tus amigos, conocidos y muchos desconocidos. Tampoco olvides que, si bien tu novio puede ser muy bueno, existe el pirateo y los virus, que también afectan a los teléfonos móviles y pueden robar datos y correos electrónicos. Un ataque informático, tan común en la actualidad, puede hacer que tus fotos se difundan. Aparte, nadie se libra de perder su móvil, dejárselo olvidado o que se lo roben en un momento dado.
Recomendaciones para el sexting seguro
- Si pese a todo lo que has leído sigues pensando que el riesgo merece la pena, de acuerdo. Libre eres de compartir tus fotos con quien quieras, pero te ofrecemos unas recomendaciones para intentar, en la medida de lo posible, hacer sexting seguro y minimizar los peligros.
- Si no aguantas la calentura de compartir tus momentos íntimos con tu pareja en la distancia o, por la razón que sea, te gusta exhibir tu cuerpo serrano, procura sacarte las fotos exclusivamente del cuerpo y nunca sacar tu rostro. Así al menos, si las fotos terminan circulando por ahí, no serás reconocida. Más vale prevenir que lamentar.
- No uses las redes sociales para compartir tus fotos picantes. Recuerda que al compartir en el muro de tu pareja, sus contactos las verán. Es importante que sepas distinguir entre el muro y la mensajería privada de Facebook u otras redes.
- Si por casualidad se ha colado alguna foto en las redes sociales que sea peligrosa para tu imagen o reputación, bloquéala de inmediato. Impide que otros usuarios descarguen la foto y siga circulando por internet.
- Para excitar a tu pareja no necesitas que todos vean tu cuerpo. Piensa que tu sexualidad es un tesoro para tu amado y no hay necesidad de que todos puedan disfrutar de él, por eso procura no exponer tu imagen al alcance de terceros.
- Los selfies sexuales, resérvalos para momentos íntimos y mucho mejor si los evitas. Si los quieres, al menos protege tu identidad. Nunca los compartas con extraños. Y asegúrate de que tu pareja se merece ese tipo de regalos. Por supuesto, jamás atiendas peticiones de desconocidos o terceros para enviarles una fotografía. Hay muchos pederastas que aprovechan esta moda para satisfacer sus pasiones y estaréis incurriendo además en una ilegalidad.
Disfruta del sexo en plenitud, de tu cuerpo y de la excitación de probar experiencias sexuales nuevas, pero cuidado con el sexting y los peligros de no saber quién está al otro lado de la pantalla.