Se habla mucho de ello, se confunde con otras cosas y se estigmatiza con fuerza, pero ¿cuántos sabemos de qué va realmente el poliamor? ¿Es tan problemático como dicen? ¿Es solo un aval para follar con más personas? ¿Funciona realmente como dinámica afectiva? Intentamos dar respuesta a todos esos interrogantes en el artículo que hemos preparado a continuación… ¡Vamos allá!
Poliamor vs. Monogamia
Aunque puedan parecerlo, el poliamor y la monogamia no son antónimos. De hecho, se refieren a cosas diferentes y se puede tener una relación poliamorosa y ser monógamo. ¿Cómo? Porque el poliamor es el neologismo que se emplea para nombrar las relaciones afectivas y amorosas entre tres o más personas, mientras que la monogamia es el término empleado para definir a una persona que está casada con otra persona, de manera individual.
El sexo no suele ser un interés primario entre las personas poliamorosas, que buscan construir relaciones sentimentales y emocionales a largo plazo, rechazando así la visión tradicional de la exclusividad en pareja. Esto significa que las relaciones poliamorosas se construyen en base a la confianza, la comunicación y la compresión entre todas las partes involucradas, y a la vez se trabajan los sentimientos negativos como los celos y la posesividad que se da en relaciones.
Al ser un tipo de dinámica emocional y sexual fuera de la norma, los mitos y leyendas a su alrededor no se han hecho esperar, así que dedicaremos este artículo a aclarar algunos de los más comunes que se han difundido hasta ahora.
Lo que NO es una relación poliamorosa
● Son personas insatisfechas, confundidas o promiscuas: la creencia generalizada de que solo las personas insatisfechas sexualmente se involucran en relaciones poliamorosas es simplemente falsa o, por lo menos, basada en meras asunciones y en ninguna prueba científica o estadística. De hecho, una relación poliamorosa no tiene que ser más o menos disfuncional que una relación monógama normativa. Tampoco es cierto que haya más promiscuidad en relaciones poliamorosas o que quienes se involucran en ellas sean personas confundidas; en todo caso, son personas curiosas que han estado en relaciones tradicionales que no se corresponden con sus gustos e inquietudes, y se atreven a expandir sus horizontes emocionales.
● Da mal ejemplo a los niños: este es el mito más frecuente cuando se trata de hablar de dinámicas fuera de las heteronormativas. Lo mismo se sigue diciendo de la homosexualidad, de los transexuales o de los tatuajes, cuando lo cierto es que la inmensa mayoría de perfiles poliamorosos nacen en familias heteronormativas.
● Problemas psicológicos detrás: Tristán Taromino, autor del libro Opening up. Una guía para crear y mantener relaciones abiertas, afirma que han sido múltiples las investigaciones llevadas a cabo aplicando pruebas psicológicas a personas que mantienen relaciones poliamorosas, y todos los resultados coinciden en que no son ni más ni menos narcisistas, neuróticos o psicóticos.
● Evasión del compromiso: que el poliamor es una manera de huir del compromiso es tan falso como que las personas monógamas son las únicas que ansían el compromiso sentimental. Dicho esto, atreverse a sostener una relación poliamorosa pensando que de esta manera te librarás de compromisos serios es simplemente pecar de inocente. Las personas poliamorosas, como cualquier otra persona, se casan, se reproducen, se divorcian y viven juntos para siempre, aunque hacerlo bajo los cánones del poliamor represente encontrar maneras propias de hacer que funcione.