El amor forma parte de tu vida de modos muy distintos. A través del arte también puedes disfrutar como espectador de la psicología del amor, idealizado a través de los flechazos y los finales dulces de las comedias románticas. Las novelas de amor también contienen dosis de pasión que te permiten conectar con el corazón de los protagonistas a través de esa química que surge entre el lector y el argumento de la historia con la que conecta. ¿Y qué decir de esas canciones que te hacen sentir algo especial incluso cuando no estás enamorado, pero cuyas letras nostálgicas evocan en ti el deseo de volver a estarlo?
El amor es uno de los sentimientos que más alegrías aporta a tu vida pero también seguramente te haya dado algún que otro disgusto: discusiones de pareja, amores no correspondidos, flechazos que terminan antes de lo esperado, soledad... son algunas de las vivencias más frecuentes.
Las razones que mueven tu corazón
Seguramente, en algún momento de tu vida te hayas preguntado: ¿por qué nos enamoramos? El enamoramiento forma parte de la esencia de hombres y mujeres, el corazón siente de este modo. No es una máquina que puedas controlar de un modo automático a través de la razón. El enamoramiento surge en instantes no planificados y además, el enamorado se abre a la incertidumbre de no saber si será correspondido o no.
El deseo de amar intensamente y de ser correspondido del mismo modo es una inquietud interior presente en el ánimo de muchas personas que tienen anhelos románticos. Esta es una de las razones por las que nos enamoramos. El deseo de encontrar un compañero de vida con quien compartir momentos bonitos, crecer juntos y evolucionar en las dificultades, tener un proyecto compatible entre ambos...
La reflexión sobre el amor puede aumentar a partir de preguntas en cadena que en realidad, quedan en el aire en forma de búsqueda. A la pregunta sobre por qué nos enamoramos también puedes sumar las siguientes cuestiones: ¿por qué te enamoras de una persona y no de otra? ¿Qué tiene ese alguien para hacerte sentir de ese modo? ¿Y por qué cupido nos llama en un momento en concreto y no en otro?
El hecho de que el amor no sea una ecuación científica que ofrezca respuestas matemáticas y concretas a tu vida es uno de los motivos por los que ha sido y sigue siendo fuente de inspiración de tantos poetas que realizan composiciones líricas para expresar un anhelo.
- Desde el punto de vista de la sociología, conviene matizar que, generalmente, las personas se enamoran de alguien que forma parte de un entorno social similar. De este modo, surge ese vínculo de pertenencia a un entorno común. Esto explica que surjan tantas historias de amor en el trabajo, en la universidad, en una pandilla de amigos o en entornos de ocio.
- Desde el punto de vista psicológico, una vez olvidado el dolor de una ruptura previa, te enamoras porque ya te sientes preparado para ilusionarte de nuevo y, entonces, es más fuerte el deseo de volver a ser feliz viviendo en primera persona las mariposas en el estómago y el nerviosismo previo a cada cita que el temor a un fracaso sentimental. Como persona tienes una gran higiene mental que te permite olvidar lo doloroso de tu pasado sentimental (o minimizar el impacto de las decepciones) y fijarte únicamente en las bondades del amor correspondido. El enamoramiento en sí mismo es la ilusión que sientes cuando conoces a una persona que crees que es tal y como tú la imaginas. Es decir, en cierto modo existe una construcción mental creada de un modo inconsciente, que cae poco a poco cuando vas conociendo a tu ideal en citas sucesivas y es entonces cuando descubres defectos que no habías imaginado en un primer momento. El enamoramiento es uno de los sentimientos que te hace sentir vivo gracias a los síntomas que lo acompañan: sensación de estar en las nubes al flotar por el efecto secundario de la felicidad, deseo de vivir el presente con intensidad, ganas de mirar a los ojos de la persona que te gusta y verte reflejado en ellos...
- Desde el punto de vista del carácter, una persona también puede enamorarse más o menos dependiendo de su propio modo de vivir el amor. Por ejemplo, las personas enamoradizas tienden a ilusionarse fácilmente experimentando el efecto del flechazo platónico. Te enamoras cuando conoces a una persona que sientes que se ajusta a tu ideal de pareja y encuentras en esa persona rasgos físicos, actitudes, valores y comportamientos que te encantan.
En ocasiones, aquello que también actúa como detonante para el enamoramiento es el aburrimiento causado por una soledad prolongada marcada no solo por la ausencia de pareja, sino también por una rutina social monótona. Seguro que en algún momento has conocido a algún amigo que te ha confesado sus deseos inmensos de enamorarse porque se siente solo cuando llega el fin de semana y la mayoría de su grupo de amigos organiza planes en pareja. El hecho de estar receptivo hacia el amor es uno de los principales motivos para atraerlo.
Las dudas del enamoramiento
Cuando te enamores, debes darte tiempo para dejar que la ilusión crezca. Es normal que en un primer momento sientas muchas dudas, hasta el punto de que, cuando una relación se termina, te hagas esta pregunta: ¿realmente estuve enamorado?
En definitiva, el enamoramiento está lleno de preguntas cuya respuesta no está en los libros sino en la vida. Será el tiempo y tu propio corazón quien te diga el motivo por el que te enamoraste de una persona y no de otra.
Nos enamoramos porque sentir es un hecho natural y humano, algo que va más allá incluso de la propia voluntad. El enamoramiento ocurre sin que hayas hecho nada para sentirte de ese modo. Por tanto, el enamoramiento tiene un lenguaje distinto al de la lógica: pon el foco de las preguntas no solo en tu mente sino también en tu corazón.
