Lo que muchos hombres anhelan en sus relaciones sexuales, es tener un pene grande a proporción de la vagina estrecha de la mujer, con la que van a tener sexo. Según cuentan, es fascinante penetrar el orificio vaginal sintiendo presión y fricción intensa en el pene.
El tema es que si bien ellos se enfocan en su papel de “supermachos”, para penetrar a la fuerza y producir dolor, (aunque algunas mujeres también gozan de lo lindo con esto), son todavía hoy mayoría, las chicas que no quieren esta relación. Muchas mujeres siguen soñando con un sexo cariñoso, suave, repleto de caricias excitantes que recorran su cuerpo en busca del placer de ambos.
Después de los preliminares, llegar a la penetración es sólo el final de ese sexo especial, donde vagina y pene encajan bien, y si alguno no entra en la medida, saber trabajarlo con delicadeza, hasta lograr una penetración fluida.
Pocas son las mujeres a las que les gusta ser penetradas por penes enormes que les produzcan dolor, o por lo menos, son pocas las valientes que se atreven a contar que disfrutan de ese leve y placentero sufrimiento.
Por el contrario los “supermachos” con complejo de trabajadores de carreteras, dispuestos a “arrasar a todos los orificios que encuentren”, lo promulgan orgullosos a los cuatro vientos, ¡me encantan las vaginas estrechas! . ¿No habéis escuchado nunca decir a un hombre que le gustaría probar una vagina asiática?, esto se debe a la creencia popular que dice que, así como los hombres de raza negra cuentan con penes de mayor tamaño, las mujeres asiáticas tienen orificios más estrechos y acogedores. Cierto o no, ese mito, ha despertado el interés de muchos hombres por las mujeres asiáticas.
Así que llegados a este punto, debemos realizar a los hombres la misma pregunta que durante años se les ha hecho a las mujeres ¿ Es importante el tamaño ?