Puede que no sea una práctica muy bien vista por la sociedad, pero las parejas swings o aquellas que practican el intercambio de parejas con otras personas suelen ser discretas y saben escoger con mucho respeto y minuciosidad a aquellos con los que compartirán su intimidad y así tener una manera de vivir el sexo realmente apasionante.
Compartir parejas es algo para lo que muchas personas no se sienten preparadas, sin embargo, al entender muy bien las normas del juego dentro de los criterios swingers, comprenderás que se trata de un asunto meramente sexual, no afectivo, pues los vínculos emocionales deben mantenerse intactos a pesar de compartir la intimidad con otros.
Normas básicas para un intercambio de parejas
En primer lugar, antes del cambio de parejas, los swings escogen a otras personas de su misma condición, que sean de su agrado. El consentimiento es mutuo y desde que deciden convertirse en compañeros de intimidad, las normas están bien claras.
Puede haber encuentros en los cuales solo esté permitido el soft swap, que consiste en la aproximación, las caricias, el erotismo o el sexo oral. También pueden acordar un full swap, en el cual las parejas que hacen el intercambio de novias o novios tienen relaciones sexuales absolutas con los desconocidos.
Podría incluso haber episodios de voyeurismo muy excitantes, en el que uno o dos de los participantes observa, mientras los otros deciden amarse según las normas y las limitaciones acordadas. Sin embargo, para que todo entre los swings vaya bien, hay reglas básicas que se deben respetar.
Acuerdos previos claros
Lo primero que debes tener en consideración es que, en un cambio de pareja, todo está acordado previamente.
Las parejas swings pueden pertenecer a clubes privados en los que esta práctica es habitual y reúnen a varias personas con estas inquietudes. También es probable conocer a una pareja afín a través de otros medios o portales digitales, sin embargo, si es así hay que ser muy cuidadoso.
Cada pareja escoge con qué personas tendrá intimidad y su decisión dependerá de cosas como la simpatía, la atracción y la afinidad. Entonces se imponen absolutamente todas las normas del encuentro, por lo que se entiende que cada integrante en este episodio sexual tiene pleno conocimiento de lo que sucederá y cómo.
No es aconsejable acceder a ser parte de dinámicas que no se desean solo por complacer al compañero sexual o para mantener satisfecha a la pareja habitual.
La seguridad es la principal premisa
Tomando en consideración que muchas parejas swings pueden llegar a compartir su intimidad con personas desconocidas de un modo recurrente, es una norma esencial entre estas personas el uso de métodos anticonceptivos que las mantengan a salvo de contagios e infecciones durante la práctica sexual.
Solo sexo, sin sentimientos
Ser monógamo desde el punto de vista relacional o romántico es lo que hace factible que la dinámica swinger funcione. Las parejas que deciden intercambiar a sus compañeros con otros amantes saben muy bien que se trata de un asunto meramente sexual, sin involucrar sentimientos.
No están permitidas las palabras románticas, los gestos de afecto, y mucho menos los besos. En algunos casos las parejas evitan este tipo de contactos, debido a la connotación sentimental que se infiere tras este acto.
El Swinging no es la única alternativa
Las parejas que deciden hacer intercambio con otras deben entender que, por muy excitante que sea, el swinging no es la única alternativa a seguir. Debe haber ocasiones en las cuales la pareja estable y consolidada escoge momentos especiales y contextos románticos, para amarse de forma cerrada y a plenitud.
El swinging no debe ser la única estrategia para sostener la creatividad y la pasión dentro de la dinámica sexual de tu relación, mucho menos una herramienta para reavivar el romance. Esto solo traerá confusión y más conflictos entre los involucrados.
Riesgos y beneficios del swinging
Los peligros del intercambio de pareja vienen asociados a cosas como la posibilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual; ser víctima de un episodio desagradable, no deseado o planificado; que esta dinámica conlleve a la ruptura y separación de la pareja.
Precisamente los consejos son muy claros: las parejas swings deben ser estables, emocionalmente firmes y deben profesarse un afecto comprobado.
Las normas para cada encuentro deben ser claras y cada una de las partes debe acceder a respetarlas a cabalidad, siendo una de las más importantes el uso de todos los métodos anticonceptivos que se consideren necesarios, y la plena consideración de los límites, sin transgredirlos.
Si todas estas consideraciones se ponen en práctica, si tú y tu pareja os sentís con la madurez, estabilidad y flexibilidad necesaria para asumir el excitante desafío de experimentar el swinging, no hay razones para descartarlo. Podría abrir una faceta muy interesante en la experiencia sexual de cada uno.
