John Money, el famoso psicólogo neozelandés especializado en sexología, afirmó en alguna ocasión que "el mayor y más potente órgano sexual” no se encuentra entre las piernas, sino “detrás de las orejas”, en referencia a que es en el cerebro donde empieza todo el proceso de excitación sexual, tan potente que puede incluso liberarse durante la fase del sueño.
Así es. Los orgasmos durante el sueño son “orgasmos espontáneos” que no necesitan ninguna estimulación física o mental, pues ocurren en un estado de relajación mental. Si nunca te ha pasado, es posible que la sola idea de alcanzar el clímax sin tener la cabeza de tu pareja entre las piernas pueda parecerte utópica, pero existen un sinfín de factores psicológicos que pueden influir en que alcances un orgasmo muy placentero mientras duermes.
Seguramente has oído hablar de los “sueños húmedos”, que suelen tener los hombres durante la pubertad, que marcan el desarrollo mental y la edad reproductiva, ¿verdad? A las mujeres también les ocurre, aunque las pruebas físicas no sean tan evidentes. De hecho, según estadísticas del Kinsey Institute (Centro de Investigación Sexual, de Género y Reproducción de la Universidad de Indiana), el 40% de las mujeres en edad sexual afirman haber experimentado un orgasmo durante el sueño.
Según un informe del mismo instituto, el 37% de mujeres experimenta orgasmos durante el sueño entre los 40 y los 50 años, a diferencia de los hombres, que los experimentan principalmente durante la adolescencia y a los 20 años, con una disminución considerable a partir de los 30.
¿Cómo se producen los orgasmos durante el sueño?
Si hoy podemos dar respuesta a esta pregunta es gracias al trabajo de Barry Komisaruk y Beverly Whipple, dos profesores de la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey) especializados en sexología. Ambos se dedicaron a analizar, en un primer estudio, la evolución de las reacciones de físicas de mujeres que afirmaban poder tener orgasmos únicamente con los pensamientos, prescindiendo por completo de estimulación física alguna.
Tras analizar aspectos como el cambio del ritmo cardíaco, la tensión arterial y la dilatación de las pupilas, estos profesores llegaron a la conclusión de que las reacciones físicas son prácticamente las mismas al producirse un orgasmo por cualquier vía, ya fuese provocado por estimulación manual o por estimulación mental.
Posteriormente, descubrieron que cuando las mujeres pensaban en tocarse o estimular su clítoris o los pezones, la zona del córtex que reacciona ante dichos estímulos se activaba de la misma forma en que se activa cuando se tocan dichas zonas. De hecho, la activación del córtex era mucho mayor cuando la mujer imaginaba el roce que cuando, de hecho, ocurría.
Estos descubrimientos ofrecen una perspectiva más amplia del proceso mental que se desarrolla para alcanzar el orgasmo. El componente psicológico tiene mucho peso, y si una persona tiene dificultades para alcanzar el clímax por situaciones de estrés, ansiedad o cuestiones de entorno, es posible y muy probable que experimente orgasmos durante el sueño, un momento de descanso y desconexión donde que esos factores no le afectan.
¿Puedo provocarme orgasmos durante el sueño?
Al ser un proceso mental inconsciente, no hay nada que puedas hacer que garantice que tu cerebro va a dar cabida a dicho proceso. Sin embargo, existen métodos de estimulación que pueden incidir o facilitar los orgasmos durante el sueño: dormir bocabajo o en alguna posición que ejerza presión sobre los órganos sexuales, o consumir un poco de pornografía o de literatura erótica.
