Son uno de los fetiches más peculiares que existen y también uno de los más extendidos. Las muñecas hinchables aparecieron en los años 30 impulsadas por los gobiernos alemanes y japonés, que buscaban complacer a sus hombres ofreciéndoles entretenimiento sexual seguro y completamente masculino. Casi 100 años después de su debut en el mercado, las muñecas hinchables han evolucionado mucho gracias al ingenio y al uso de los avances tecnológicos que permiten, hoy en día, alcanzar un nivel de hiperrealismo impresionante.
Las muñecas hinchables –inflables, en algunos países– se consideran un juguete sexual por emular la forma y el tamaño de una pareja sexual de carne y hueso, aunque por su forma y sus características causan furor entre coleccionistas que valoran los aspectos estéticos sobre su funcionalidad. El grueso del mercado se lo llevan las muñecas hinchables con formas femeninas, pero también existen modelos con características masculinas y hasta alienígenas. Se pueden encontrar prototipos de cuerpo entero y modelos solo de las partes íntimas (ano y vagina o pene)
Características de las muñecas hinchables
Los avances en materia de muñecas hinchables son notables y hoy en día hablamos de un rango de precios que va desde los 20 hasta los 35 mil euros. Las muñecas más básicas y económicas están hechas generalmente de vinilo soldado, son poco agraciadas y con mínimas semejanzas físicas con hombres y mujeres reales, aunque todas incluye pene o vagina artificial. En Amazon se pueden encontrar modelos hinchables de hasta 20 euros, para satisfacer las necesidades de los usuarios que no pueden pagar por una experiencia más realista.
Una muñeca hinchable de gama media puede rondar entre los 1.000 y 2.000 euros. Estos modelos están fabricados con látex pesado y con mucha atención al detalle para poder ofrecer un prototipo más humanoide. Tienen cabeza de plástico (como los maniquíes), pelucas hechas de pelo sintético y las manos y los pies definidos y moldeados cuidadosamente.
Por último, la gama alta de muñecas hinchables está fabricada de silicona y su rango de precios va desde los 6.000 a los 35.000 euros. Estos modelos apuestan por el hiperrealismo como carta de presentación, usando materiales muy parecidos a la piel humana (los mismos que se usan para los efectos especiales en el cine), pelo humano y rostros y cuerpos esculpidos detalladamente.
Otra característica que las diferencia del resto y que justifica su elevado precio, es que cuentan con una especie de esqueleto articulado de metal que permite colocarlas en diferentes posturas sexuales, por lo que son más pesadas que el resto y pueden alcanzar hasta la mitad del peso de una persona real.
Muñecas hinchables como réplicas humanas
Entre la variedad de modelos que ofrece el mercado, también existen empresas que ofrecen la posibilidad de crear una réplica humana en versión muñeca hinchable, es decir, un prototipo hiperrealista de una persona real. Este servicio va dirigido a personas que tienen una relación a distancia y quieren seguir “manteniendo” relaciones sexuales entre sí, en este caso con una réplica exacta de sus parejas.