Las zonas erógenas del cuerpo son más de las que tenemos presentes cada vez que tenemos un encuentro sexual, bien sea para dar placer o para recibirlo. No es un mito: no todo el placer se encuentra en medio de las piernas y aunque no lo creas, el clítoris y los pezones guardan mucha relación.
Un estudio publicado en 2011 por la Universidad de Rutgers demostraba que las ondas cerebrales que se activan con la estimulación clitoriana son las mismas que se activan con la estimulación de los pechos, concretamente de los pezones. Se trata de un estudio que recoge el testigo de otro más antiguo, publicado en 1988 por la misma universidad, cuyos resultados constataron que el 30% de las mujeres habían experimentado alguna vez en su vida un orgasmo mediante la estimulación exclusiva de los pezones.
Ambos estudios respaldan la importancia de los pezones como zona erógena, especialmente en el cuerpo femenino. Sus miles de terminaciones nerviosas no se pueden pasar por alto durante el sexo, pues con la técnica de estimulación adecuada pueden darnos más de una alegría.
Algunas ideas antes de empezar el masaje erótico
Es posible que esta no sea tu zona de confort, pero también es posible que ella tampoco tenga claro todo el placer que puede llegar a sentir con un masaje sensual sobre sus pechos. En cualquier caso, esta es una buena oportunidad para explorarlo juntos. Pero antes, ¿por qué no sorprenderla en la cama con un poco de foreplay? Una buena idea para calentar un poco el ambiente y pillarla por sorpresa es integrar unas esposas (de terciopelo, si te sientes atrevidx), un antifaz y una pluma para acariciar los pechos y otras partes del cuerpo. Para subir un poco la temperatura, puedes agregar un cubito de hielo o aceites calientes.
Otra buena idea para crear un ambiente sensual que complemente la sesión de caricias que tienes preparada, es poner velas aromáticas o una planta que impregne de buen olor la habitación (el eucalipto es barato y funciona de maravilla), junto a un poco de música instrumental de fondo que acompañe pero no entorpezca.
Pasos para dar un buen masaje erótico
1. Relájate y relaja la zona
Ir directamente a los pechos a masajearlos improvisadamente puede no ser la mejor opción. Colócate detrás de tu chica, con su cabeza entre tus piernas en posición de flor de loto; de esta manera tendrás acceso tanto a sus pechos como a su cuello y su cabeza en general. Comienza con un ligero masaje en las cervicales y ve subiendo por el cuello con movimientos circulares tras las orejas. Termina el calentamiento con tus dedos entre su cabello .
2. Tócalas como si tocaras el piano
¿Has visto la delicadeza con la que un pianista desliza sus dedos por las teclas del piano para obtener melodías? Los pechos femeninos son dos órganos delicados y muy sensibles al tacto, por lo que el masaje debe ser suave. Para ponerlo en práctica, toca con tus dedos como si tocaras un piano, de arriba abajo, con la yema de los dedos presionando ligeramente su piel. Este es un buen momento para aplicar aceite caliente o aromatizado para estimular también el sentido del olfato.
3. Juega con el calor corporal
Tras varios minutos de masaje de la manera en que hemos indicado en el punto anterior, puedes jugar con las temperaturas: pasa el cubito de hielo apenas rozando los pezones e inmediatamente, coloca la palma de tus manos presionando ligeramente por unos minutos. El contacto entre la piel, el aceite caliente y la presión que ejerzas será profundamente sexy y te servirá para pasar al siguiente paso.
4. Masajea la base de los senos
Ya tienes tus manos abiertas sobre sus pezones, ahora es momento de masajear los senos como si exprimieras dos naranjas, es decir, moviendo la mano derecha en el sentido de las agujas del reloj y la izquierda hacia el lado contrario.