Durante 2016 se irán alejando los prejuicios y acercando las relaciones afectivas que comenzaron a larga distancia, aquellas que se realizaban a través de internet. Las tendencias sexuales comienzan a quebrar los moldes establecidos, y la confianza mutua será el eje sobre el que girarán novedosas prácticas para el placer sexual. Las parejas van descubriendo los secretos ocultos de cada uno, y las técnicas -empujadas por la industria- van ayudando a llegar a las, hasta ahora, muy desconocidas zonas erógenas del hombre.
Nuevas tendencias sexuales, juguetes eróticos y el facesitting
En este contexto los juguetes eróticos tienen mucho que ver. Los gustos van cambiando, y mientras pierden fuerza las ideas que antaño consideraban, por ejemplo, el placer anal como una perversión, ahora, a través de la industria, se ha descubierto que casi la mitad de la población occidental está optando por estimular esta zona del cuerpo.
Los distribuidores de juguetes eróticos han detectado novedades al respecto de los gustos íntimos, en los que el mutuo conocimiento de la pareja va a ser esencial. Si durante 2015 la mujer comenzaba a acercarse a las zonas erógenas menos conocidas del hombre, este año las mujeres comenzarán a acercarse mucho más para producir un mayor placer a los hombres. Una tendencia que deviene de la que hasta hace poco constituía una nueva práctica en nuestro país, prohibida incluso en Inglaterra, la denominada facesitting, que en castellano significa “sentarse en la cara”.
El masaje de próstata, el anal y el facesitting, por lo tanto, comienzan a consolidarse como nuevos gustos sexuales en nuestra sociedad. La industria del juguete erótico tendrá un papel muy destacado para satisfacer estos deseos, teniendo en cuenta que la salud está cobrando un interés inusitado en estos tiempos de cambio.
La identidad sexual, el cambio de la sociedad de género y un inconformismo emergente en las relaciones afectivas están derivando en diferentes formas de concebir el placer. Todo ello se está produciendo en un contexto en el que el genderqueer, o la identificación del deseo sin definición exacta de lo femenino y lo masculino, en parte o generalizadamente, comienza a ser más común de lo que se pensaba. La búsqueda de la identidad personal, tanto en el plano personal como social, suscita una exploración más allá de lo tradicional. Esta manifestación se va a ir ensanchando sin prejuicios entre un número de personas cada vez más numeroso en Europa.
A este cambio social occidental hay que añadir otra nueva realidad o tendencia sexual. Se trata de las que se producen fuera de las relaciones de pareja y sin la exclusividad de las mismas... Las relaciones no-monógamas, cuyo deseo comienza a sobrepasar a la persona a la que más quieres sin dejar de amarla.
Esta tendencia en las relaciones durante 2016 está muy ligada a otra parecida; el poliamor. Una práctica antigua que se recupera, y sobre todo, se respeta, porque el conocimiento en este caso, como en el de las relaciones no-monógamas, se va a conocer y aceptar por todas las personas involucradas.
Entre todas las nuevas prácticas sexuales emergentes, el masaje sobre el suelo pélvico de los hombres comienza a ser generalizado. Al fin y al cabo, la próstata no deja de ser una glándula que almacena el semen, y ya se conocen los beneficios que estos masajes proporcionan para la salud. Masajear este órgano (que es como una castaña colocada enfrente del recto y bajo la vejiga urinaria) reduce el riesgo de inflamación -la prostatitis- , el dolor genital, la disfunción eréctil, e incluso previene el cáncer de próstata.
Aunque esta cuestión suscite el temor a romper con los cánones dispuestos por nuestra cultura del "macho ibérico", o con los tabúes preestablecidos, lo cierto es que su estimulación provoca grandes ventajas. Esta zona es conocida como el punto P -versión masculina del punto G-, y produce orgasmos intensos e incluso múltiples en los hombres. El masaje se puede realizar con un dedo o con unos estimuladores ergonómicamente diseñados para ello.
Los datos económicos verifican estas tendencias sexuales
El mercado de los juguetes eróticos, ha incrementado en un 200 % la venta de este tipo de masajeadores durante 2015, y este año se prevé multiplicar estos números por dos.
Siguiendo esta línea avanza también el estrap-on o los consoladores con arnés. Las ventas son también testigo de ello. Se trata de prácticas que no hace mucho tiempo eran impensables realizar en la habitación, pero que hoy en día atienden a un inconformismo social y sin venganzas. Es el simple hecho de no perderse placeres que la otra persona, en este caso la mujer, hasta hace poco, estaba experimentando también en exclusividad. Una práctica al margen de la atracción por uno u otro género, y entre la confianza que suscita una relación afectiva, plena y comprometida. La economía hoy tan desajustada, comienza a tomar nota de esto.
Vivimos en una sociedad compleja, impensable hace veinte o veinticinco años. La tecnología ha ido acercándonos a juegos eróticos -a veces a distancia- cada vez más sofisticados y por lo tanto, a relaciones que nada tienen que ver con las que vivieron nuestros padres.
El 2016 es el año de la cercanía entre las parejas, del afecto y de la proximidad física. Este contacto físico sigue requiriéndonos una imaginación llena de variables, al igual que sucedía cuando hablábamos con nuestras parejas por internet. Se trata de experimentar sin dejar de ser emocionalmente fieles, -tal y como explica Ian Kerner, experta en sexo y autora del famoso libro 'She Comes First' -, y de explorar zonas sin perder la identidad de género, o de buscar la salud tanto física como emocional.
Esta identidad, tanto social como personal, seguirá marcando las pautas de nuestros encuentros amorosos este año. En la línea de Kerner, se trata de buscar contactos más abiertos entre las personas, y entre ellas, encontrar las diferentes formas que existen para lograr un placer sexual sano. Aventuras abiertas y fiables, pero respetuosas.
