Hay muchas razones por las cuales tu vida sexual puede tornarse verdaderamente monótona. El estrés desde luego influye en tu desempeño en la intimidad, así como el disfrute que obtienes de cada encuentro. La falta de iniciativas o creatividad también podría llevarse por delante tu relación y hay que hacer algo al respecto.
Lo primero que debes entender, si decides seguir el camino en el cual te reconcilias con tu vida sexual y optas por protagonizar experiencias mucho más plenas para ti y para tu pareja, es que debes deshacerte de ciertos mitos o creencias.
Lo primero que debes aprender es que el orgasmo no debe ser el fin último. Restarle importancia al clímax como la parte más importante de un encuentro íntimo te ayudará a entender cuán indispensables son los juegos previos, el erotismo, las alternativas creativas y por supuesto el conocido slow sex.
¿Qué es el slow sex y por qué es tan excitante?
Como su nombre lo indica, el slow sex no es otra cosa que dedicarse a experimentar con un encuentro íntimo intenso, profundo, donde no hay límites de tiempo ni de sensaciones, intentando postergar lo más posible la eyaculación o el orgasmo, poniendo toda la atención en el disfrute previo.
No debes confundir el slow sex con el sexo tántrico, por ejemplo, aunque ambas prácticas tienen cosas en común. El primero es más universal y cualquier persona podría estar en condiciones de experimentarlo, mientras que el segundo ya apunta a otras cosas, como una filosofía de vida y ciertas nociones espirituales.
Una de las cosas en las cuales el slow sex y el sexo tántrico coinciden es en dejar en último lugar los genitales, entendiendo que todo el cuerpo es un vehículo para el placer. Esto nos conlleva, por supuesto, a una experiencia mucho más completa, profunda y definitivamente inolvidables.
¿Cómo disfrutar del slow sex con técnicas sencillas?
¿Estás listo para experimentar con el sexo lento e intenso? Bien, si la respuesta es afirmativa, lo primero que debes de tener de sobra es tiempo. Así es. Tú y tu pareja debéis estar seguros de que podéis dedicar un momento de intimidad realmente dilatado, sin que nada os perturbe, moleste o interrumpa.
Como su nombre lo indica, se trata de hacerse el amor de un modo dilatado, paulatino, así que olvídate de las ocupaciones, las responsabilidades y concédete todo el tiempo que sea necesario para vivirlo a plenitud.
El primer desafío: no uses las manos
En el slow sex hay varias técnicas, muy creativas, excitantes y divertidas, que de seguro querrás probar y descubrir junto a tu pareja. Una de las alternativas más idóneas para intentar postergar ese encuentro es sacar el mayor provecho a otras partes del cuerpo.
Solemos imaginar que no hay otra forma de prodigar caricias que no sea mediante las manos, pero podrías estar en un gran error. Todo tu cuerpo es sensible a los estímulos y hay algunas zonas que están repletas de terminaciones nerviosas, por lo que será muy interesante descubrir nuevas vías de placer a través de ellas.
Conócete y conoce a tu pareja
La exploración es maravillosa en el sexo, en especial cuando tienes la posibilidad de vivirla junto a una persona por la que albergas sentimientos especiales. Conocer cuáles son sus zonas más sensibles, lo que le agrada o no y esos secretos que le pueden hacer sentir emociones inolvidables, es todo un viaje de placer que vale la pena hacer.
El slow sex es el tique perfecto para esta aventura sensorial en la que no solo sabrás mejor quién es tu pareja en la intimidad y cómo tratarla, tú mismo podrías descubrir muchas cosas sobre ti, así como compartir tus secretos íntimos con la persona amada.
El segundo desafío: descarta o posterga la penetración
¿Sexo sin penetración? ¡Entonces no es sexo! Ten cuidado con este tipo de ideas, porque ellas atentan directamente contra el erotismo y las buenas prácticas del slow sex. Como hemos dicho antes, este tipo de encuentros se caracterizan por prescindir o postergar el contacto con los genitales y eso incluye la penetración.
Intenta buscar nuevas vías, descubrir otras alternativas y explorar a fondo las zonas erógenas de tu cuerpo y el de tu pareja.
Haz pausas románticas o divertidas
Para muchos, la intimidad es como subirse a un cohete del cual deciden no bajarse hasta que se llega al punto máximo de la travesía. ¿Quién dijo que no puedes hacer pausas para intercambiar emociones, miradas, frases profundas o divertidas?
Da su justo valor a las pausas. No quieras correr para llegar a la meta sin antes haber disfrutado de todo el camino. Toma el tiempo que sea necesario para compartir otras emociones junto a tu amante en la cama y da un nuevo sentido a la intimidad.