Según William Masters y Virginia Johnson, dos sexólogos estadounidenses que estudiaron las fases de la respuesta sexual humana, el orgasmo tiene 4 fases desde que empieza a gestarse hasta que finalmente eclosiona. Conocer esas 4 fases nos ayuda a identificar si estamos sufriendo de algún problema sexual que requiera consultar con un especialista. Hoy nos guiamos por los descubrimientos de estos dos científicos para hablar de las 4 fases del orgasmo y sus implicaciones en nuestro disfrute.
Desde mediados del siglo XX, las investigaciones en torno a la vida sexual humana han sido cada vez más exhaustivas y esclarecedoras para entender cómo vivimos y tramitamos el placer físico, y cómo la estimulación mental tiene mucho que ver en el resultado final. Los niveles de estrés, el estilo de vida ocupado que llevamos y los viejos prejuicios en torno a la masculinidad pueden dificultarles buscar ayuda a tiempo para resolver sus problemas de inhibición del deseo sexual. Los dos problemas más populares entre hombres y mujeres son el DSI (Deseo Sexual Inhibido) y la aversión al sexo.
Etapas del orgasmo
● Excitación
Es la primera de las cuatro fases. Ocurre cuando se alcanza un alto nivel de deseo sexual y se manifiesta físicamente en los hombres con la erección del pene y su consecuente aumento de tamaño, elevación de testículos y aumento del grosor del escroto. En el caso de las mujeres, la fase de excitación se manifiesta con lubricación y dilatación vaginal, erección y sensibilización de los pezones, y aumento de tamaño de los pechos y de la vagina. Tanto en mujeres como en hombres, es normal el aumento de la frecuencia respiratoria y del ritmo cardiaco.
● Meseta
Si los estímulos sensoriales se mantienen, la persona alcanza la segunda fase del orgasmo, que es la fase de meseta. En esta segunda fase, nuestro cuerpo experimenta hipersensibilidad y empieza a captar sensaciones específicas que avisan de que el orgasmo está pronto a producirse (conocidas como sensaciones preorgásmicas). Es en esta fase, donde los hombres pueden percibir dificultades para mantener la erección y pueden sufrir de eyaculación precoz.
En el caso de las mujeres, es en esta fase cuando la areola se dilata, la vagina sigue dilatándose y preparándose para la penetración y tanto los labios mayores como menores se hinchan. También es posible percibir el aumento de la circulación sanguínea en ciertas zonas de la piel, un fenómeno conocido como rubor sexual.
● Orgasmo
Cuando estamos en el punto máximo de excitación (fase meseta), ocurre la tercera fase del orgasmo que es cuando nos dejamos llevar por las sensaciones preorgásmicas que estamos sintiendo y llegamos al clímax. Las manifestaciones físicas del orgasmo masculino y femenino son evidentes: en el caso de los hombres, la expulsión de semen o esperma, y en el caso de la mujer, la expulsión de fluidos provenientes de las glándulas de Bartolino, las mismas que se encargan de la lubricación vaginal.
● Resolución
La cuarta y última fase es la de resolución. Una vez que hemos vivido el orgasmo, nuestro organismo comienza a recobrar sus valores basales: nuestra mente y nuestros músculos comienzan a relajarse y a entrar en un estado de reposo. En el caso del hombre, el cuerpo entra en un estado refractario que le impide alcanzar un segundo orgasmo de manera inmediata, algo que no ocurre en el cuerpo de la mujer, capaz de alcanzar nuevos (y varios orgasmos) subsecuentes.