Aunque parezca una locura en el siglo XXI, la sexualidad femenina sigue siendo un tema desconocido, tanto desde la perspectiva social como desde la científica, dando lugar a un retraso significativo en el conocimiento de las necesidades de la mujer en el dormitorio. Esto puede deberse a la fuerte represión sexual sufrida por la mujer a lo largo de la historia y en distintos lugares del mundo, que se manifiesta en las dificultades de la mujer para hablar o expresar sus propias necesidades fisiológicas, así como por la vergüenza y miedo de ser juzgada por ello. No es de extrañar, por tanto, que el orgasmo femenino, y más concretamente el multiorgasmo, siga siendo una cuestión ignorada por muchos.
La sexualidad y su evolución a lo largo de los años
En la actualidad se ha llegado a una visión bastante clara sobre la sexualidad. La OMS la define como "un aspecto central del ser humano presente a lo largo de su vida, que abarca el sexo, las identidades y los papeles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción’’.
Pero ¿cuándo empezó a estudiarse la sexualidad? A diferencia de otros campos de la psicología, la sexualidad no comenzó a ser estudiada hasta mediados del siglo XX. La causa es clara: no estaba bien visto por una sociedad puritana el hecho de participar en un estudio de índole sexual, y mucho menos si se era una mujer. Pero en los años 50 llegaron al panorama de la ciencia unos investigadores revolucionarios que, en contra de la mentalidad clásica que reinaba en aquel momento, decidieron que querían conocer lo que pasaba en el cuerpo humano durante el coito, más concretamente durante el orgasmo. De hecho, hay una famosa serie basada en sus innovadoras investigaciones llamada "Masters of Sex".
Para conocer desde el punto de vista científico qué pasaba en el cuerpo humano durante la relación sexual, era necesario observar en directo el acto sexual, como si de cualquier otra conducta se tratase, y registrar lo que todo lo que sucedía a nivel fisiológico en sus sujetos de estudio. Esto fue un auténtico cataclismo para una América puritana en la cual el sexo era un tema vetado. Se pusieron manos a la obra y realizaron el trabajo de investigación pionero en el conocimiento de la conducta sexual humana, y sus conclusiones son sin duda de gran valor incluso en nuestros días:
- Tratar el sexo como una necesidad natural, tanto para hombres y mujeres, eliminando los tabús de la época. Estudiaron de manera exhaustiva la sexualidad de la mujer, dejando por primera vez de ser un reflejo del hombre, para tomar entidad propia como individuo.
- Clasificar por primera vez las disfunciones sexuales, así como el tratamiento específico para cada una de ellas.
- Tratar el tema de la homosexualidad como una orientación sexual, y no como una enfermedad.
- La respuesta sexual humana tiene 4 etapas: excitación, meseta, orgasmo y resolución.
Para concluir, descubrieron en el laboratorio el fenómeno del orgasmo múltiple o multiorgasmo en las mujeres.
El orgasmo y el multiorgasmo femenino
Pero ¿qué es lo que ocurre durante el orgasmo? ¿Por qué sentimos ese inmenso placer? ¿Qué pasa en nuestro cuerpo? La respuesta parece encontrarse a nivel biológico. El cerebro durante el orgasmo libera el neurotransmisor dopamina, que a su vez producirá la liberación de la hormona oxitocina por parte del hipotálamo. La oxitocina es la encargada de que se contraiga la musculatura pelviana de la mujer, así como de producir la aceleración cardíaca, el aumento de la frecuencia respiratoria y una mayor sudoración.
En respuesta a todo este proceso, el cerebro produce dos hormonas conocidas por su relación con el bienestar y por la disminución de las sensaciones de dolor (analgesia). Estas sustancias son las endorfinas y las encefalinas. Si durante el orgasmo lo característico es un aumento de los niveles de dopamina y oxitocina, después de él, la persona sentirá una saciedad sexual y disminución de la libido debido a un aumento de la prolactina en sangre.
Este aumento de la prolactina en el organismo es experimentado exclusivamente por el sexo masculino, y es el causante del período refractario en el varón, que es un estado de reposo durante el cual es imposible volver a tener otro orgasmo. Tanto es el interés de los hombres por poder disfrutar de múltiples orgasmos en una misma relación sexual que se han diseñado fármacos como Cabergolina (también conocido como Cabeser o Dostinex), que eliminan dicho período reduciendo los niveles de prolactina en sangre. Aun así, parece que al hablar de orgasmo múltiple de momento nos referimos casi exclusivamente a mujeres, salvo, claro está, alguna excepción.
Aunque todavía está en debate si la mujer multiorgásmica nace o se hace nace o se hace, sí que hay estudios que demuestran que con distintas técnicas se puede conseguir. Lo principal es saber que el poder de la mente es infinito, y en el sexo todavía más. Alguno de los consejos para conseguir múltiples orgasmos en una misma relación son:
- Es más fácil conseguir un segundo orgasmo si el primero ha sido previo a la penetración, por lo que la estimulación previa al coito es fundamental.
- Cambia de estímulo tras el primer orgasmo, si el primero fue clitoriano es más fácil que el siguiente sea coital.
- No debes obsesionarte con conseguir varios orgasmos, solo tienes que relajarte, y pensar que el primero no tiene por qué ser el último.
- Para conseguir muchos orgasmos no es necesario estar en posiciones extrañas con las que no te sientas cómoda, más bien todo lo contrario: tienes que estar en una posición donde te sientas a gusto y tengas una gran facilidad de movimiento.
En resumen, es muy importante que las mujeres empiecen a conocer su propio cuerpo y sus propias necesidades, tomando un papel activo en su sexualidad y disfrutando al máximo de ella. Si, además, lo hacen con múltiples orgasmos, la experiencia será mucho mejor que con uno solo.