¿Qué hay más excitante que unas manos recorriendo cada milímetro de nuestro cuerpo, lentamente, apretando y con ansias por llegar a todos los rincones? Probablemente nada. Y es que nadie puede resistirse a uno de esos deliciosos masajes eróticos. ¿Qué tal si le añadimos un poco de picardía que nos lleve al cielo? Nadie querrá negarse.
Los masajes están pensados para eliminar tensiones y todos sabemos que no hay mejor desestresante que el sexo, así que unir las dos actividades puede mostrarnos un mundo nuevo de sensaciones. Tocar a nuestra pareja y ser tocados, disfrutar de nuestros cuerpos e incluso mejorar nuestra autoestima son algunos ejemplos de los numerosos beneficios que nos aportará.
Prepáralo todo
Para empezar con buen pie lo mejor es crear la atmósfera perfecta. Los masajes eróticos pueden surgir sin más cuando a la pareja le apetezca, por supuesto, pero queremos daros unos cuantos trucos para que la experiencia sea totalmente placentera y no se convierta en un problema.
- Por ejemplo, recomendamos hacerlo con un buen aceite o crema de masaje. Un producto que huela bien, que incluso sea nutritivo para la piel y que os facilite el masaje, de modo que las manos se deslicen suavemente. Es totalmente necesario y mejorará vuestra experiencia, ya que dejan la piel con un aspecto muy atractivo, y eso os ayudará a sentiros más cómodos y sensuales.
- Lo mejor que podéis hacer es desnudaros por completo, así evitaréis mancharos la ropa con los aceites. Si no tenéis suficiente confianza aún quizás sea buena idea usar algún albornoz o alguna toalla. De todas formas os aconsejamos dejar de lado los complejos, cerrar los ojos y dejaros llevar por el masaje.
- Cuando elijáis un sitio para hacerlo procurad protegerlo también. Algunos aceites pueden manchar sabanas, mantas o sofás. Será mejor utilizar sábanas que no os importe que se manchen para proteger otras cosas como el sofá, el colchón o el suelo.
- Los masajes eróticos deben hacerse en lugares cómodos y con tiempo de sobra. Es mejor esperar el momento adecuado que hacerlo con prisas y agobiados porque no estéis cómodos o porque os vayan a interrumpir. Tenéis que centraros con los cinco sentidos para disfrutar del masaje completamente.
- Si vas a prepararlo de antemano compra algunas velas y colócalas en el suelo o sobre algún mueble de donde no puedan caerse o volcar. También puedes buscar un tipo de música relajada, ambiental quizás, que os ayude a relajaros y a sentiros libres. Crear un buen ambiente es esencial en estas experiencias pues las personas están desnudas, observando el cuerpo del otro y siendo observados, sin reservas, por lo que, cuanto más a gusto estéis, mejores sensaciones tendréis.
Con la idea de las velas no solo conseguiréis una atmósfera más romántica, sino que también tendréis una luz más tenue, no tan directa. De este modo podréis disfrutar igual del cuerpo de vuestra pareja y del nuestro, pero de una manera más íntima, más personal, más sensitiva. Además, una luz más suave puede hacer más cómoda la situación para las personas que son tímidas. Si no tienes velas puedes conseguir un efecto parecido si colocas unos pañuelos o fulares encima de las lámparas, de modo que la luz de las bombillas quede amortiguada.
Convierte un simple masaje en algo erótico
Hacerle un masaje a tu pareja está muy bien en cualquier momento. Unos prefieren solo recibirlo y a otros les gusta tanto recibir como dar, pero realmente los masajes eróticos son para lo segundo. Se trata de un masaje que se da con todo el cuerpo, se da igual que se recibe y la idea es acercarse a la otra persona, en cuerpo y alma, en todos los sentidos.
Los masajes simples son aquellos que nos ayudan a dormir, a relajarnos o que nos practican cuando alguna parte del cuerpo nos produce dolor, pero los masajes eróticos sirven para activar nuestra sexualidad, para conocer el cuerpo del otro en su totalidad y ofrecer el nuestro sin tapujos. Sirve para gozar, para divertirse y quizás también como preliminar para una buena sesión de sexo. Eso queda a vuestra elección.
No hay que apretar demasiado los músculos ni usar toda la fuerza como si estuvieseis amasando pan. Ni siquiera es necesaria ninguna técnica especial, más bien hay que dejarse llevar.
El mejor consejo que podemos daros es que os relajéis, que os dispongáis a disfrutar del momento. Embadurnad a vuestra pareja con aceite para masajes pero sin pasarse, solo una leve película de aceite para que la piel este más suave y receptiva a los estímulos. Él o ella deberá hacer lo mismo con nosotros. No lo hagáis como algo mecánico porque este es el mejor paso. Usad caricias prolongadas a lo largo de vuestros cuerpos, recrearos en las curvas del otro, en las partes que más os gustan o donde más placer le dé, id por partes, poco a poco y eso irá encendiendo la temperatura entre vosotros.
Las chicas pueden usar los pechos o el culo para acariciar el cuerpo de la otra persona. Los chicos pueden usar los brazos o el culo. Todo está permitido: las piernas, las cinturas, las caderas, las manos, las espaldas o los hombros. La magia está en acariciar al otro, en rozarse, en restregarse, conseguir estimular su piel con ayuda de tu propia piel.
El contacto físico entre vosotros será tan sexual que no podréis parar de tocaros porque siempre tendréis ganas de más. Es el juego perfecto para despertar vuestra lívido y la propia situación os llevará a centraros poco a poco en las zonas más placenteras de vuestros cuerpos para al final regalarles toda la atención y tener el sexo más ardiente y ansioso que tendréis en la vida.
El hecho de ofrecerte por completo a tu pareja, y recibir lo mismo, os aportará mucha complicidad. La confianza en el otro se fortalecerá y nuestra autoestima se hará más estable.
No restes importancia a las caricias, seduce a tu pareja y hazla gozar, dejando lo mejor para el final.