El porno lleva décadas haciéndonos creer que para alcanzar el orgasmo femenino solo hace falta una buena polla, una buena embestida y tres o cuatro minutos de penetración salvaje, pellizcos en los pezones y algún que otro azote en el culo. Y la verdad, no hay nada más alejado de la realidad. Encender a una mujer lleva mucho más tiempo del que nos han enseñado estas películas.
Esta misma mala educación ha colocado a la gran mayoría de mujeres dentro del mismo saco al no permitirse aceptar que logran mejores orgasmos y se corren más fácilmente con la estimulación manual u oral del clítoris, o simplemente esta es la única manera en la que se pueden correr. Son muchos los mitos que revolotean alrededor del orgasmo femenino, muchos de ellos infundados por el mismo Sigmund Freud. El padre del psicoanálisis desarrolló teorías al respecto que sostenían que aquellas mujeres que no lograban el clímax mediante la penetración era porque tenían un problema. De hecho, las llamaba frígidas e inmaduras.
En la actualidad, se mantiene la diferenciación entre las mujeres vaginales y las clitorianas, aunque hoy en día no se considera como algo negativo la incapacidad de llegar únicamente mediante la penetración. Lo que sí existe es la carga cultural sobre el hombre que reza que es más o menos “macho” dependiendo del tipo de orgasmo que tenga su compañera.
Orgasmos de cualquier tipo mientras sean múltiples
Actualmente hay cinco tipos de orgasmos definidos de acuerdo al lugar donde se originan y a la intensidad del placer que generan:
● Orgasmo clitoriano: es aquel que se da mediante la estimulación manual u oral del clítoris, esa pequeña perla con 8.000 terminaciones nerviosas, capaz de dar tanto placer como le pidamos. Estimular el clítoris es una de las primeras autoexploraciones sexuales que las mujeres hacen cuando empiezan a tener una vida sexual activa. Es posible obtener placer mediante la estimulación de tu pareja, mediante la estimulación propia o la de cualquier juguete vibrador diseñado para ello.
● Orgasmo vaginal: se estima que solo el 30% de las mujeres son capaces de alcanzar el orgasmo mediante la penetración, lo que significa que menos de la mitad de la población femenina sexualmente activa cumple con los cánones que ha impuesto el porno mainstream de lo que es la sexualidad femenina. Vale la pena explorar nuestro punto G (ubicado en la zona pélvica) con los dedos: túmbate con un cojín o una almohada bajo el culo para elevar la cadera y poder intentar alcanzar ese punto de roce perfecto. En pareja, la posición del misionero es perfecta para intentar estimular el punto G con el pene.
● Orgasmo uterino: un tipo de orgasmo menos frecuente, menos conocido, pero muy placentero. Durante la excitación de la mujer, el útero se eleva y queda mucho más accesible mediante la vagina con lo que es posible estimularlo igualmente con el pene. Para lograr un orgasmo uterino es necesario que ambas partes estén muy, muy excitadas.
● Orgasmo mixto: como su nombre indica, es la combinación de un orgasmo vaginal y uno clitoriano, posible cuando la excitación está en su punto máximo, se unen más terminaciones nerviosas y la vagina está más dilatada y dispuesta para la penetración.
● Orgasmos múltiples: sabemos que también es posible ser multiorgásmica, es decir, capaz de llegar al orgasmo en repetidas oportunidades durante la sesión de sexo. Pueden ser todos clitorianos, vaginales, mixtos… Se consiguen mediante la estimulación repetida y constante después del primer orgasmo.