En cuestión de sexo todo está permitido y las posturas o mañas que se tome cada uno de los que realizan la relación íntima se acepta siempre que sea para gozar más y hacer esos momentos muy placenteros. De ahí que no debes asombrarte si tu pareja opta por el eonismo cuando estéis a solas en una habitación.
Se conoce con este nombre el que uno o los dos miembros de una pareja se vistan con ropas contrarias a su sexo, muchas veces antes de comenzar el verdadero idilio sexual. La ropa va cediendo poco a poco hasta que se quita por completo, aunque esto no siempre tiene que ser así. Hacer el amor medio vestido es también excitante en muchos casos.
Si eres mujer y quieres hacerlo, opta por calcetines oscuros, camisas muy anchas, pantalones con cinturones y hasta sombreros masculinos; todo bien distinto a la lencería fina de encajes y gasas que es costumbre ver en esos momentos. Y mira, te aseguro que hay hombres que se enloquecen cuando las chicas visten de esa manera, porque necesitan cambiar de imagen sexual para no caer en la rutina de lo que ya están cansados de ver. A veces, que te pongas solo una prenda, como la camisa, o el sombrero con el cuerpo desnudo hará que la intimidad resulte excitante para tu pareja.
Los hombres también quieren cambiar y si eres uno de ellos, ¡no te cohíbas!, el eonismo está permitido en esa habitación que será tu mundo por unas horas. A las mujeres les gusta y les resulta divertido que su pareja se ponga un tanga minúsculo, (y si eres de los bien dotados, ¡enhorabuena!) como las que ella usa, o un sostén, que deje ver tus músculos y pecho debajo de encajes y cintas.
No temas cambiar tu rutina sexual, todo lo contrario: necesitas una escapada llena de alegría, de buen vivir, que se logra también con estos cambios atrevidos y si los sabes introducir en tu relación, lo recordarán por mucho tiempo.
Verás que puedes lograr que ese encuentro sexual se convierta, además de en un momento de placer, en un rato alegre en que cambien los roles sin dejar de perder cada uno su esencia. Y debes saber que el eonismo se está convirtiendo cada vez más en nuestro siglo en una práctica buscada, sobre todo, por las parejas liberales jóvenes.