Vivimos en una sociedad que nos prepara para enamorarnos de esa persona especial con la que formar una pareja estable y solida con la que compartir fidelidad y un proyecto vital. Sin embargo, la realidad es que con el tiempo se establecen rutinas, lo que puede hacer que la relación se relaje a un nivel que puede llevar al aburrimiento, el cansancio y, en última instancia, la ruptura. Aunque no lo creamos, cuando esto sucede es muy posible que aún alberguemos sentimientos por nuestra pareja, pero la dinámica negativa en la que estamos inmersos nos impide entenderlos, dando prioridad a aquello que nos falta.
Es común que los problemas de pareja surjan de uno de los pilares de una relación, la vida sexual. El día a día, el estrés en el trabajo, el cansancio físico y mental, pueden llevar a la apatía y una desgana que suele tener como respuesta la carencia de sexo (o, al menos, de buen sexo). Tendemos a cargar sobre nuestra pareja estos estados, sin pensar en aquello que podríamos hacer para romper la rutina, para cuidar la relación y, a la vez, disfrutar en el proceso. Las posibles soluciones, pensando específicamente en un plano sexual, pueden ser más o menos drásticas. Por ejemplo, algunas parejas, tras estudiarlo detenidamente, pueden plantearse abrir la relación. Otras, tal vez decidan simplemente incluir nuevos juguetes y probar nuevas posturas y técnicas sexuales para darle una vuelta de tuerca al coito. El lugar intermedio entre estas dos posiciones lo ocupan esas parejas que deciden probar el sexo grupal, ya sea iniciándose en los tríos, probando el voyeurismo, asistiendo a orgías o, quizás la más interesante, practicando el intercambio de parejas.
Hacer un intercambio de parejas requiere mucha confianza en la otra persona, exige una buena comunicación y compenetración sentimental, por lo que puede ser un buen método para probar nuevas experiencias a la vez que se refuerzan vínculos. Además, no debemos olvidar que tanto los tríos como el sexo en grupo forma parte de las fantasías más recurrentes tanto en hombres como mujeres, así que, ¿por qué no darle una oportunidad? Es una buena manera de salir de la rutina, poner solución a los problemas de pareja y, a la vez, cumplir una fantasía y disfrutar del sexo.
Los beneficios del intercambio de parejas
Los datos son certeros. El intercambio de parejas es cada vez más frecuente en España. Esto se debe a que el sexo ha dejado de ser un tabú, o al menos tan tabú como antes, y cada vez es más normal tanto hablar de ello como probar nuevas formas de sexo que se salen de la norma. Y aunque es muy fácil dar el primer paso e introducirse en el mundo de los intercambios de pareja, también es bueno saber qué beneficios reporta esta práctica sexual.
1. Reavivar una relación de pareja.
Ya lo hemos dicho. Un intercambio de parejas es una forma estupenda de introducir nuevos estímulos en una relación. Esas parejas que llevan años de convivencia, a las que parece que se les ha agotado la gasolina, pueden utilizar los intercambios de pareja como la chispa que les hacía falta, recuperando sentimientos, como el hecho de sentirse deseados, o descubriendo otros nuevos, como puedan ser formas de placer desconocidas hasta ahora.
2. Subida de autoestima.
Además de darle un empujón a la relación, los intercambios de pareja suponen un crecimiento de la autoestima. La pareja se expone a otras personas, que se sienten atraídas por ellos, que sienten impulsos sexuales, a la vez que reafirma el deseo existente entre las dos personas que forman esa pareja.
3. Más confianza.
Para realizar un intercambio de parejas es básico una confianza total en la otra persona. Los celos y los miedos son un problema grave a la hora de practicar este tipo de sexo, por eso la decisión debe tomarse de forma consensuada y clara, estando de acuerdo ambos miembros de la pareja. Esto, claro, conlleva un incremento de la confianza ya que la apertura de la relación se hace en pareja, algo que una vez se pruebe, permitirá dejar atrás ciertos miedos e inseguridades.
Cómo proponer un intercambio de parejas
A la hora de proponer un intercambio de parejas es muy importante saber comunicarse. Abrir una relación, ya sea de forma consentida y con los dos miembros de la pareja participando en el acto, es un tema complicado y, si no se hace bien, puede ser malinterpretado y, por tanto, una fuente de conflicto. Lo mejor es ser claro, transmitiendo la propuesta con delicadeza y explicitando que querer hacer un intercambio de parejas no significa que se deje de amar o desear a la otra persona. Para ello se puede empezar tanteando a la pareja, viendo qué opiniones tiene sobre tríos, orgías, relaciones abiertas, poliamor, etc. Luego, desde un diálogo fluido y abierto, se puede pasar a proponer un intercambio de parejas, dejando claro que lo que se quiere es probar nuevas experiencias junto a la otra persona.
Eso sí, si uno de los dos no se atreve a lanzarse o tiene dudas lo mejor es dejar reposar el asunto durante un tiempo, dando espacio para que la persona que duda se aclare y decida si le apetece o no probar esta práctica sexual. La clave es dar argumentos, dialogar, explicar el porqué y los beneficios a nivel individual y a nivel de pareja que conllevan los intercambios de pareja. Nunca se debe presionar a la otra persona.
