Sabemos que el sexo anal puede resultar doloroso para principiantes, pero cualquiera que haya superado el miedo y el dolor inicial o que lleve ya un tiempo ejercitándose en estas finas artes, sabrá que puede llegar a ser muy placentero. La estimulación del ano ha sido durante años un tabú que ha ido cayendo poco a poco, debido fundamentalmente a los buenos resultados que ofrece en la búsqueda del orgasmo perfecto.
Se dice que sobre gustos y colores no hay nada escrito, un refrán que encaja muy bien cuando hablamos de vida sexual y maneras de disfrutar el sexo. Entre fetiches, juguetes, juegos, técnicas y posturas, el sexo comprende un amplio abanico de posibilidades en que cada uno se adentra para llevar a cabo su propia exploración, descubriendo lo que le gusta en la cama y qué prefiere no probar.
Entre las exploraciones que se llevan a cabo, el sexo anal se presenta como una alternativa, en principio dolorosa, pero muy placentera tanto para mujeres como para hombres, estos últimos por la sencilla razón de tener su punto G justamente ahí, en el interior del recto, a unos 5 cm. del ano. Aquellos que se han atrevido a superar el tabú probando la penetración anal, aseguran que ayuda a tu chica a asumir el papel dominante que suele recaer en ti y abre las puertas a un nuevo tipo de placer desconocido para la mayoría.
Sea cual sea el rol de cada uno, lo que intentamos deciros es que no os cerréis al sexo anal. Existen diferentes posturas que benefician este tipo de penetración, causando menos dolor e incomodidad, además de la preparación previa que siempre se recomienda y que involucra accesorios como los plugs anales, el lubricante en cantidades abundantes y mucha, mucha paciencia.
Veamos las tres posturas sexuales que más favorecen a los principiantes en el sexo anal:
• Doggy o la postura del perrito: es una de las más conocidas para practicar el sexo vaginal y una de las más comunes cuando se trata de probar la penetración por el ano. En el caso de los hombres, resulta una postura muy excitante visualmente, pues tienen el control de la situación y el cuerpo de la pareja a su completa disposición. También resulta muy cómoda por la libertad que da para masturbar a tu pareja mientras la penetras y le procuras tanto placer como sea posible. La misma postura permite varios intentos de penetración hasta que sea cómodo para ambos llevarlo hasta el final, por eso resulta tan efectiva.
• Cucharita: otras de las posturas más comunes y cariñosas que pueda haber cuando se trata de follar, solo que para el sexo anal funciona incluso mejor pues el pene y el culo están más o menos a la misma altura y la penetración por detrás resulta más cómoda para ambas partes. Esta postura permite también otro tipo de intimidad que se pierde en posturas más lúdicas, porque puedes abrazar a tu pareja por detrás y hacerla sentir cómoda susurrándole cosas al oído o masturbarla mientras intentas llevar a cabo la penetración.
• La Doma: esta postura ofrece diversas ventajas que querrás disfrutar durante tu primera experiencia anal. Para lograrla, debes sentarte encima de tu pareja, con las piernas abiertas e ir controlando la penetración lentamente; él, mientras tanto, puede estimularte las tetas, besarte el cuello o susurrarte cosas al oído. Es especialmente recomendable para aquellos que no han practicado el sexo anal nunca, aunque puede resultar físicamente retadora por la fuerza que exige tener en las piernas.
