¿Deseas apostar al progreso de tu relación amorosa? ¿Quieres que evolucione y se convierta en la pareja perfecta? En este artículo, algunos trucos y consejos para hacer este objetivo realidad. Paso a paso, podrás generar nuevos hábitos saludables que transformen tu vínculo sentimental en un lazo indestructible y capaz de soportar los más turbulentos avatares de la vida.
La pareja perfecta: una introducción
El mejor tipo de amor es aquel que despierta el alma y nos hace aspirar a más, nos enciende el corazón y nos trae paz a la mente. Es una de las frases favoritas de la película Diario de una Pasión (The Notebook, 2004), en la que un amor de verano evoluciona, con los años, hacia una historia conmovedora que lleva a sus protagonistas a compartir sus días (hasta la muerte), enfrentándose juntos a una ruptura de años, algunos conflictos de familia y la enfermedad mental de ella.
¿Ansías ese tipo de amor? ¿Te sientes capaz de hacer de tu relación de novios o matrimonio una pareja perfecta? Si tu respuesta es “sí”, a continuación, toma nota de algunos tips para hacerlo posible.
Pareja perfecta: el desafío
Ser positivo. Con el tiempo, algunas parejas dejan de decirse cuánto se quieren y se admiran y hasta abandonan los comentarios positivos entre ambos. Se deja de poner el énfasis en las fortalezas de la pareja y solo se pone el foco en las cosas que el otro hace mal o, en conjunto, no alcanzan a concretar. Lo positivo se da por hecho y sentado, cuando, en realidad, decirlo es muy importante: fortalece el lazo que nos une y refuerza la autoestima de ambos miembros de la pareja. La clave: evitar las críticas que no construyen nada y derriban las bases que sostienen el vínculo. Y recuerda: nadie que se sienta desacreditado y criticado, permanentemente, se puede sentir feliz y a gusto.
Estar atento y presente. Prestar atención a nuestra pareja es una tarea permanente. No has de dejar de hacerlo nunca. En la convivencia, dejar de mirar con amor, escuchar con atención y abrazar fuerte en todo momento son síntomas de que la relación está malográndose.
Pedir perdón. Cuando uno de los dos ha cometido un error, debe poder disculparse. Aceptar, ante el otro, que te has equivocado es garantía de que, juntos, podréis salvar el obstáculo y seguir adelante. Si arrastráis el error, sin pedir perdón ni enmendar la falta, es muy probable que el error, como una bola de nieve, se haga cada vez más grande, hasta convertirse en un conflicto más grave y difícil de dejar atrás.
Espacios individuales y compartidos. Cada miembro de la pareja merece contar con sus salidas, actividades y hobbies personales, al margen del tiempo que ambos comparten juntos. Para ellas: ir a la peluquería, salir de marcha con amigas o hacer un curso de pintura decorativa. Para ellos: un partido de fútbol con amigos, un after office con los compañeros de trabajo o ir al cine a ver una película como Star Wars.
Los detalles cuentan. Aunque no cuentes con tiempo de sobra y tu vida vaya a cámara rápida, siempre debes rescatar un momento para ver una película juntos, compartir una cena especial o dejar a los niños al cuidado de la abuela y disponer de una noche romántica.
No puedes cambiar al otro. Si aceptas que apenas puedes cambiarte a ti mismo, ya no exigirás que el otro cambie. Cada cual es como es. Enfócate en aquellas cosas que te enamoraron de ella o él y no en las cuestiones que te molestan. El amor no pide nada y debe aceptar a la compañera o al compañero tal cual es.
Las discusiones no llevan a nada. Cuando surge un conflicto, dentro de la pareja, lo mejor es agotar las posibilidades que nos da la palabra. El diálogo debe primar sobre la ira, los insultos y la falta de respeto. La clave: dejar que el conflicto se disipe y las aguas se calmen. Una vez que ambos estéis tranquilos, intentaréis hablar de lo que os pasa, para solucionar el problema juntos.
La rutina es una enemiga acérrima. La monotonía de una pareja de años o un matrimonio asentado puede llegar a jugar en contra del vínculo. Busca romper con la rutina y organiza salidas y actividades divertidas con las que disfrutéis los dos. Las costumbres rutinarias, a la larga, son grandes enemigas de la relación sentimental.
Independencia. La confianza es la base de toda pareja y garantía de su continuidad. Eso de espiar los correos electrónicos del otro o sus grupos de WhatsApp no es recomendable. Solo genera más desconfianza y suele ser fuente de discusiones interminables.
El sexo es importante. La frecuencia de los encuentros sexuales no es un tema menor. El sexo es un pilar fundamental de la pareja y has de darle la importancia que tiene. Date tiempo para el erotismo. Si tenéis hijos, una vez a la semana, al menos, podéis enviarlos de visita a la de algún familiar, para contar con una noche libre dedicada a la intimidad.
Suegras, cuñados y demás. La familia de tu pareja es tu familia. Debes aceptarlo. Si amas a tu compañera o compañero, debes poner todo tu esfuerzo y voluntad en llevarte bien con la familia política.
Actividades juntos. Es importante que podáis compartir momentos del día o, al menos, de la semana. Ir al cine juntos, cenar en un restaurante o ir al gimnasio. Todos estos planes se han de hacer con el objetivo de seguir siendo cómplices y compañeros de la vida.
Proyectos por doquier. Es imprescindible que la pareja comparta planes para el futuro y mantenga proyectos en común. Los proyectos activan, mueven hacia adelante y enriquecen la relación sentimental. Y recuerda: cuando un vínculo se queda sin planes, se empobrece y comienza a degradarse, hasta convertirse en pura rutina y costumbre.
Como adviertes, hacer de tu noviazgo o matrimonio una pareja perfecta es posible. Tú lo mereces y, si sigues estos consejos, puedes alcanzar tu objetivo y disfrutarlo por siempre.