Las bolas chinas, bolas de geisha o bolas Ben Wa son unos juguetes eróticos, aunque, en realidad, son mucho más utilizadas con intenciones terapéuticas. ¿Qué son? ¿En qué consisten? Seguro que ya las conoces. El concepto es sencillo: dos o más bolas unidas por un fino cordón. Sobre esta idea de base, las diferentes bolas chinas que podemos encontrar en el mercado son variadísimas. Más grandes o pequeñas, de diferentes materiales, con mayor o menor número de bolas en la ristra, lisas, estriadas, huecas, sólidas, ligeras, pesadas, con vibrador incorporado o, incluso, hinchables. Para gustos, colores.
Se introducen en la vagina o el ano y, según sea el objetivo de su uso, serán más adecuadas las de un tipo u otro. Normalmente, las bolas chinas vaginales para uso terapéutico suelen ser huecas y, en su interior, contienen una bolita más pequeña que, al moverse dentro, provoca ligeras vibraciones.
En este artículo, vamos a hablar sobre cómo usar las bolas chinas, según sea el objetivo sexual o médico. Porque son cosas muy diferentes.
Las bolas chinas vaginales
Las bolas chinas vaginales suelen estar formadas por dos bolas unidas por el cordón y, aunque están relacionadas con una actividad sexual, ese no es su uso más común. Debemos diferenciar, entonces, entre el uso dirigido a conseguir placer sexual y terapéutico.
Las bolas chinas como juguete sexual
Aunque, muchas veces, por desconocimiento, metemos a las bolas chinas en el saco de los juguetes sexuales, como los consoladores, y pensamos en ellas como juguetes de placer, la verdad es que el placer sexual que podemos conseguir con ellas es bastante limitado. No es nada fácil tener un orgasmo usando las bolas chinas.
Las bolas chinas se introducen en la vagina como un tampón, de la misma manera y en el mismo lugar. Del mismo modo que el tampón no se siente en la parte interior de la vagina, no sentimos las bolas chinas en sí, de modo que el placer que prometen no viene de ahí. En cambio, sí pueden darnos gustirrinín de otra forma.
El clítoris, el órgano sexual femenino asociado al placer que vemos asomando tímidamente en la vagina, es, en realidad, un órgano bastante mayor de lo que parece. Lo que vemos de él son el glande y prepucio, pero el clítoris se extiende por el interior del abdomen y se ramifica en dos partes rodeando la vagina. Estas ramificaciones, al contrario que la parte interna de la vagina, sí tienen receptores del placer y son sensibles a la vibración que causan las bolas chinas.
Esta es la principal fuente de placer que pueden dar las bolas chinas vaginales, por la fricción indirecta sobre el clítoris interno. Aunque esta vibración casi nunca es suficiente para causar un orgasmo, sí que ayuda a dar gustito y provocar la lubricación vaginal.
Otra forma de utilizar las bolas chinas pasa por aprovechar la parte de la vagina que sí tiene receptores de placer y se sitúa en su primer tercio. Habría, por lo tanto, que introducir las bolas, para, luego, sacarlas, y estimular la zona de la entrada de la vagina, que es la más sensible.
Las bolas chinas como objeto terapéutico
El uso más extendido e importante de las bolas chinas (porque estamos en el mundo real y no en una película porno) es como objeto terapéutico, en el fortalecimiento del llamado suelo pélvico de la vagina. El suelo pélvico es el conjunto de músculos situado en la región pélvica. Estos músculos pueden debilitarse y dejar de ejercer su importante función de cerrar y contener el abdomen. Se encargan, por tanto, de una serie de funciones absolutamente vitales: contener las vísceras, controlar los esfínteres (uretra y ano) y mantener la vagina en su posición natural (evitan un prolapso)
¿Por qué se debilita el suelo pélvico? Principalmente, debido a un exceso de carga sobre este. Es usual descubrirse con un suelo pélvico débil, después del embarazo y parto vaginal, o por sobrepeso, edad, un esfuerzo físico importante o practicar deporte inadecuadamente.
Las bolas chinas vaginales son muy útiles para tratar este problema, pero, antes de comenzar con su uso, es imprescindible consultar al ginecólogo. Aquí te vamos a contar aspectos generales sobre cómo funcionan las bolas chinas en el fortalecimiento del suelo pélvico, pero recuerda que siempre debes consultar antes con tu médico. El experto dirá cómo son los ejercicios que has de hacer y cuánto tiempo debes hacerlos.
Cuando nos metemos las bolas chinas en la vagina y estamos moviéndonos de pie (caminando normalmente y haciendo nuestras cosas), hacemos que las bolitas que hay dentro de las bolas chinas se muevan y provoquen, con sus choques, pequeñas vibraciones que la vagina percibe. Los músculos de la vagina reaccionan automáticamente a estas vibraciones contrayéndose unos instantes y haciendo ejercicio. Poco a poco, la musculatura interna recupera tono y se hace más resistente y fuerte.
La recuperación del tono del suelo pélvico también favorece la salud sexual femenina y devuelve a la vagina al estado ideal para la satisfacción sexual. Más fuerte, elástico y receptivo.
Las bolas chinas anales
Las bolas chinas anales o cuentas anales sí están expresamente pensadas para el placer sexual y pueden ser tanto para las mujeres como para los hombres. Es fácil verlas formadas por muchas bolas y también pueden tener un eje semirrígido, en vez de un cordón. De esta forma, se puede meter todo el juguete, de una vez, en el culo, algo muy interesante para usarlas durante la masturbación.
La idea de las bolas chinas anales es disfrutar con los receptores de placer que hay en el ano, que se estimulan con el paso de las bolas. La actividad consiste en meterse las bolas y sacarlas, una y otra vez, excitando el recto. Son factores importantes:
- El diámetro de las bolas, que varía bastante, según la experiencia y las ganas de vicio y goce de quien las use (de 2,5 cm a 12,5 cm o más)
- Profundidad a la que lleguen.
- Velocidad a la que se metan y saquen. Es común que, cuando llega el orgasmo, se saquen rápidamente e, incluso, con brusquedad, para potenciar la sensación al correrse.
