Has pasado años buscando la manera de separarte de tu pareja, ¿verdad? Seguramente has priorizado, primero a los niños (si los teníais) y luego a los mandatos familiares (que se clavan como una daga). Hasta que te armaste de coraje y valentía y enfrentaste la situación, ¿no es cierto? Piensas que deberías haberlo hecho antes, pero lo importante es que lo has hecho. Eso lo debes tener claro. Ha llegado la hora de juntar tus pedazos, reconstruir tu propia vida y superar un divorcio. Es ahora, o nunca.
Nadie dice que vaya a ser fácil, pero será una experiencia de puro aprendizaje, enriquecedora y grata; eso es seguro. Anímate a la dolorosa vivencia de dejar atrás un amor para poder dar el siguiente paso. Anímate a estar fuerte, con el cuerpo dispuesto y la mente bien abierta, para abrazar otra relación entrañable, y apostar por una nueva historia de amor con un final abierto.
La vida siempre te da una nueva oportunidad. No la desaproveches. Tú la mereces. No pierdas el tiempo sufriendo, culpándote o haciéndote cargo de los errores propios y ajenos. No desperdicies tus días de esa manera, y disponte a poner lo mejor de ti para salir adelante. Esa es la clave.
Dicen que la distancia es el olvido
Superar una separación, con posterior divorcio, no es un juego de niños. No es cierto que sea solo cuestión de tiempo. Aceptar que una historia llegó a su fin implica atravesar el duelo necesario por la pérdida de un amor, y el proceso que este conlleva. No es sencillo, de ninguna manera, pero tampoco imposible. Será cuestión de armarse de valor y ponerse en movimiento.
La vida no se acabó, solo se terminó el amor. En estos casos lo más importante es conservar la certeza de que el haber llegado al final de una relación no quiere decir que no haya merecido la pena y el esfuerzo durante años. Cada relación sentimental, en nuestras vidas, nos fortalece, nos enseña el difícil arte de convivir y compartir, y nos hace mejores personas. De eso debes estar seguro. Renegar de todo esto sería negarse a sí mismo.
Por ello, y mucho más, atiende a estos consejos para superar un divorcio, sin morir en el intento.
Tips para superar un divorcio
- Atraviesa el duelo, no lo esquives. El dolor de un divorcio es ineludible, pero entérate: el sufrimiento es una elección personal. La única manera de atravesar el duelo es, justamente, dedicarle el tiempo y el espacio que este requiere. Negarse al duelo solo lo dejará como un asunto pendiente, aguardando a la vuelta de la esquina. Si lo pasas, instalarte en el dolor no es aconsejable. Intenta cerrar la etapa matrimonial y abrirte a otra nueva fase de tu vida. Será distinta; ni mejor ni peor.
- Basta de reproches. Superar un divorcio es un proceso doloroso, que debes atravesar sin enfadarte contigo mismo ni con tu expareja. Entiende que, por alguna razón, no habéis podido sobrellevar las dificultades. No es culpa de nadie, pero es responsabilidad de ambos. No te empeñes en cargar con la culpa de lo ocurrido al otro, ni la cargues tú solo. Simplemente, suéltalo, déjalo ir.
- El aislamiento es negativo. No estar en pareja, ser una persona divorciada, no significa que debas aislarte y quedarte solo. Todo lo contrario, procura rodearte de gente querida, amigos íntimos, con los cuales poder hablar de lo que te pasa y de cómo superarlo.
- Mirar hacia adelante, no más hacia atrás. Dejar en el pasado un divorcio, en la mayoría de los casos, es un proceso triste. Son años de sueños, convivencia, hijos en común (o no), luchas y conquistas laborales y profesionales, pérdidas comunes (la muerte de los padres de uno de los miembros de la pareja, por ejemplo) y más, y no es fácil hacer borrón y cuenta nueva. De todos modos, es la única salida. Pon la mirada en el presente y, a lo sumo, en el futuro; jamás vuelvas al pasado con reproches, preguntas o vacilaciones. Justamente, no idealices lo que quedó atrás. Todo está por ocurrir. Lo mejor está por venir. De eso no debes tener dudas.
- Perdonate a ti mismo. El final de una relación sentimental no es sinónimo de fracaso. En todo caso, es solo un aprendizaje. Para superar el divorcio, tendrás que perdonarte a ti mismo, y aceptar que no eres perfecto. Ser consciente de que el fin de una historia no es el fin del mundo, es una manera de perdonarse. Un modo de dejar atrás el pasado, y mirar hacia adelante, es una manera de no culparse por lo ocurrido.
- Una crisis es una oportunidad. Tras una separación, quedas vulnerable y sin fuerzas para continuar, pero si te lo propones, puedes aprovechar la oportunidad de cambio que te propone una crisis sentimental. El tiempo que viene tras el divorcio permite conocer gente nueva, quedar con hombres y mujeres en tu misma situación, y que busquen un amor.
- Vuelve a ser un individuo, no la mitad de una pareja. La convivencia, el matrimonio y, en muchos casos, los hijos en común, hacen que uno deje de lado los gustos personales y las cosas que lo hacían sentir vivo. Priorizamos la pareja y la familia antes que lo individual. Eso, en aquel momento, estaba bien, pero ahora es momento de ponerse en primer lugar. Vuelve a hacer las cosas que habías dejado de lado cuando te casaste, o cuando llegaron los niños… Jugar al pádel, ir al cine a ver películas que solo te gustan a ti, hacer un curso de fotografía (o de lo que se te ocurra) y todo lo que te venga a la mente.
Recuerda: cuando se da una vuelta de página en la vida, se cierra una historia y es preciso darla por clausurada para abordar una distinta. Una con otras personas y con diferentes retos, esperando que tenga un buen comienzo, un desarrollo con contenido dinámico y mucha sustancia, pese a que siempre el final sea incierto. Por eso, ¡mucha suerte en tu próxima historia!