El placer es más placer si es compartido. Una de las mayores preocupaciones que tienen los hombres en la cama es “estar a la altura”, ser capaces de satisfacer a la mujer con la que se acuestan. Lo cual está muy bien, pero por desgracia muchos piensan que para eso simplemente hay que demostrar potencia física y mantener una buena erección durante mucho rato. En realidad, para seducir a una mujer en la cama, para satisfacerla y dejarla encantada, hace falta algo más que ser el campeón del mundo de la erección y la virilidad.
Por supuesto, existen momentos y momentos. Momentos para la pasión desenfrenada y mujeres que están deseando un buen polvo lleno de morbo y potencia. Pero, en general, cuando nos acostamos con una mujer, las cosas suelen ir por otros derroteros. Para empezar, sean cuales sean los gustos de ella y sea lo que sea aquello en lo que ella encuentre el morbo, si un hombre quiere satisfacer a una mujer tendrá que tener sensibilidad y paciencia. Da igual que sea para un juego bondage con cera caliente y música death rock de fondo o un idílico y dulce encuentro de dos tiernos enamorados, entre flores y con luz matinal. Una cosa u otra, o para las diez mil variables que hay por medio, ellas van a necesitar que respetes los tiempos y te lo tomes con calma.
Todo tiene su importancia en el juego del amor. En la cama, también. Si no lo evitas, ella acabará aburrida y desencantada, sin placer sexual ni emocional. ¿Quieres eso en tu vida? No, ¿verdad? Es mejor ser el hombre encantador que consigue que ella vea las estrellas. Convertirla en la envidia de sus amigas.
La seducción, también en la cama
El hombre puede satisfacerse en un par de minutos. Ellas necesitan más tiempo y también necesitan algo más que la estimulación de los sexos. Se dejan llevar mejor por la sensualidad y el morbo. La has seducido y llevado a la cama. La has conquistado, ella quiere estar contigo, le gustas y quiere pasarlo bien. ¿No sería maravilloso que la seducción no acabara nunca? ¿Qué siempre quisiera más? ¿Que nunca se cansara de ti? Pues sedúcela, enamórala, también en la cama.
No se trata de que seas mejor “penetrador”. Se trata de que seas mejor amante. Tampoco se trata de que tengas el miembro más grande y duro. Se trata de que sepas sacar lo mejor de ti mismo para complacerla. Por supuesto que todo ayuda, porque la idea es disfrutar del sexo, pero también quieres enamorarla en la cama, que sea algo más que una sensación física. Enamórala fuera y dentro de la cama y será tuya para siempre. Pero no por trucos, sino porque mereces la pena.
Veamos algunos consejos para seducir a una mujer en la cama.
La paciencia
La paciencia es la madre de esta ciencia. Eso está claro. Incluso en una relación fogosa en la que ambas partes están pidiendo una acometida salvaje contra la pared, el hombre debe tener paciencia con las necesidades de ella.
Básicamente, debemos saber y controlar los tiempos y los plazos. Debemos comprender que no todo se arregla en 5 minutos y que hay un juego posible para cada fase de la relación. Que desnudarse puede ser un arte morboso y que desnudarla a ella debe provocarle excitación. Que se sienta segura en tus manos y sin prisa. No es una carrera de velocidad, es una maratón. Aquí se gana alargando lo bueno, no llegando enseguida a la meta.
Aprende a disfrutar de pasar el tiempo con ella. Aguanta tus ganas y disfruta de su cuerpo, con sensibilidad y atendiendo a sus señales. A veces imperceptibles, a veces declaradas sin pudor. Aprende a ser un maestro y que ella se sienta en tus manos mejor que en ningún sitio.
La paciencia y el buen manejo del tiempo harán que ella se excite más y más, garantizando su deseo y el buen final de toda la relación sexual.
El conocimiento
El cuerpo de la mujer es sensible. Conócelo. Debes entender su anatomía. Descubre sus puntos de placer y aprende a tocarla, acariciarla, besarla y lamerla. Aprende a hacerle el mejor sexo oral de su vida y llévala al éxtasis mucho antes de llegar a la penetración. Pero ¿hace falta llegar a la penetración? No siempre. Demuéstrale que sabes disfrutar sin que la fiesta tenga que acabar en eso. Sorpréndela en la cama y haz que se sienta especial, única y deseada.
El mayor órgano sexual es el cerebro y ellas necesitan que lo estimules. Juega, busca, persigue, esquiva y dale morbo. Debes conocer su cabeza tanto como su anatomía, así que no dejéis que el desconocimiento estropee vuestras sesiones de sexo gratuito y desenfrenado. Hablad de vuestras fantasías y de lo que os pone calientes. No hay reglas. A lo mejor a ella le gusta que amases con fuerza sus pechos. A lo mejor no. Todo está por descubrir, muestra respeto y atiende a sus señales. La comunicación es imprescindible, directa o indirecta.
La estética
A ella le gustas, ya lo sabes. Pero no por eso debes descuidarte. Sé atractivo para ella dentro y fuera de la cama. Cuídate y cuida la relación de pareja. Esto debe ser así aunque se trate de una pareja de una sola noche en un encuentro sexual. Pero no debes olvidarlo si tenéis una larga relación de años. ¿Por qué dejar de ser atractivo para ella aunque pase el tiempo?
Sé agradable y limpio. No querréis besaros si tenéis mal aliento. Ella no querrá hacerlo y el desagrado lleva al rechazo. Seguro que no quieres que tu jornada de sexo acabe antes de empezar. Ella tampoco verá atractivo que huelas mal, que te apesten las axilas, las ingles o los pies. Sé higiénico y agradable a la vista, el tacto, el olfato y el gusto. Lávate, vístete bien, sea cual sea tu estilo, y compórtate con elegancia. Eso no quiere decir que seas un hombre chapado a la antigua. Quiere decir que, seas como seas y te guste lo que te guste, te comportes de la mejor manera posible, con madurez y sensibilidad. Y si eres fea no tengas problemas a la hora de seducir