Ha llegado el momento de desterrar los silencios del sexo, porque aún persisten muchas dudas sobre lo que ocurre en una habitación cuando dos personas se desean. De entre esos secretos escojo una palabra poco común aunque no ignorada en una relación sexual entre dos mujeres, el tribadismo.
La palabra suena extraña y significa “ella que roza”. Es una relación muy cálida y estrecha entre las lesbianas y aún se sabe que ocurre entre mujeres que son heterosexuales pero un día probaron, o prueban el sexo con otra mujer. Si por eso son bisexuales, la palabra es la indicada para clasificarlas.
Pues bien, volvemos al tribalismo. Consiste en la práctica sexual de dos mujeres, en la que apoyan sus cuerpos, pechos con pechos y vulvas con vulvas, en una especie de posición de las tijeras, entrecruzando las piernas para posibilitar la frotación. Con los cuerpos, los movimientos que realizan no son los mismos que los de una relación de penetración del pene, en el tribalismo se frotan, se contonean y mutuamente se frotan los clítoris, es el momento cumbre para llegar ambas al orgasmo.
Es curioso que se hable poco de esta práctica común entre lesbianas aunque se acepte la unión entre ambas féminas, el tabú sobre la homosexualidad aún persiste sobre todo al referirse a los momentos íntimos de estas parejas.
Aunque existen pocos trabajos relacionados con este tema, sí hemos encontrado que a veces se altera el significado. Si dos mujeres en la cama se acarician y utilizan consoladores con forma de pene para llegar al orgasmo, no están practicando el tribadismo, porque su esencia consiste en la frotación de los cuerpos y específicamente de sus vulvas, con la intención de excitar el clítoris.
Algunas personas clasifican el tribadismo como onanismo recíproco y no les falta razón. La práctica sexual entre mujeres se basa en ese ritual del sexo que hace la relación más íntima y fogosa.
