El sexo, cuando implica algún tipo de estimulación anal, todavía es tabú. Por una parte los hombres heterosexuales consideran que las prácticas anales están ligadas a los hombres homosexuales y que por ende cuestionan su sexualidad, mientras que las mujeres temen que pueda hacerles daño y lo consideran innecesario. Pero, por suerte cada día más heterosexuales se atreven con el sexo anal. Y decimos que por suerte porque realmente mejora nuestra satisfacción.
La masturbación anal, lejos de lo que pueda creerse, puede ser muy placentera para ambos sexos, ya sea como práctica única o complementaria a otras prácticas como el sexo anal o el coito vaginal. De hecho, algunos estudios afirman que al menos la mitad de las parejas heterosexuales han probado en algún momento el sexo anal, por lo que parece que está normalizándose su práctica.
Ahora bien, masturbarse analmente no es tan fácil como hacerlo de la manera corriente. Por su posición es bastante innacesible para uno mismo y normalmente necesitamos que sea nuestra pareja quien lo estimule. Y además, por sus funciones biológicas el ano está acostumbrado a ser un órgano de expulsión por lo que la masturbación puede ser difícil de realizar en algunos momentos.
Pero, si estáis dispuestos a probar la masturbación anal solo tenéis que seguir nuestros consejos. Pronto estaréis disfrutando de nuevas emociones y experiencias y seguro que querréis que la masturbación anal, y por qué no el sexo anal, forme parte de vuestras vidas.
Pasos para la mejor masturbación anal
La higiene es clave: el enema anal
Una de las principales preocupaciones a la hora de masturbar analmente a alguien es la higiene de la zona. Por su función, tendemos a relacionar el ano como un área sucia, pero, no tiene por qué ser así. Si sabes que la masturbación anal entra dentro de vuestras prácticas, será interesante que te realices un enema anal para mantener tu recto higienizado.
En definitiva, el enema anal no es más que el término que describe el proceso de eliminar las heces de nuestro recto para así evitar cualquier imprevisto. Así, este consiste en introducir un equipo con forma de pera hueca en el ano con el fin de que libere el agua que lo limpie por dentro.
La confianza
Debido a que muchas parejas no están acostumbradas a este tipo de prácticas, la confianza va a jugar un papel muy importante. Si alguno de los dos está nervioso va a ser casi imposible masturbar la zona pues la otra persona no lo va a disfrutar y su ano tampoco va a ceder ante lo que pretendas hacerle. Por ello, si estás pensando en masturbar a tu pareja analmente porque sabes que le va a gustar, más vale que lo hables primero con ella. De no hacerlo así, pillarla de imprevisto podría acarrearos más de un problema.
Y por otra parte, es necesario que os sintáis también bien con vuestro entorno. Si es la primera vez lo mejor es que cuidéis del momento y os permitáis mimaros. Unas velas, algo de incienso. Todo lo que se te ocurra para relajar el ambiente y hacer de ello una velada romántica.
La lubricación
Si bien la vagina tiene la capacidad de lubricarse por sí misma y de forma natural, no sucede lo mismo con el ano. Por ello los preliminares no serán suficientes para que la zona esté lista para recibir mayor estimulación y por ello deberás ser tú quien la prepare.
Para ello, además de los besos y las caricias, puedes plantearte el uso de lubricantes. La saliva por ejemplo es un buen lubricante natural que puede serviros, pero, si crees que necesitas más, hay muchos lubricantes que puedes comprar en cualquier farmacia o tienda especializada con distintas finalidades, sabores, etc.
El annilingus
Es prácticamente la estrella de la masturbación anal. Muchas veces se utiliza como preámbulo para el coito anal y es que su capacidad para otorgar placer a quien lo disfruta es muy alta.
Al annilingus también se lo conoce como beso negro y se trata de utilizar al boca, tanto labios como lengua, para estimular la zona del ano de la pareja. Cabe tener en cuenta que en el ano se concentran numerosas terminaciones nerviosas por lo que es una zona muy sensible y estimulable.
La penetración
Una vez sientas que el ano ha dilatado también puedes introducir tus dedos para darle todavía más placer. Aumenta el ritmo de tus movimientos según sientas que te lo va pidiendo su cuerpo. Quizás al principio le cueste un poco acostumbrarse a la situación pero pronto querrá más.
El plug anal
Como hemos mencionado, la masturbación anal puede realizarse como práctica sexual única o bien puede ser complementaria a otras y aquí es donde entra en juego el plug anal. Este juguete erótico tiene forma de cono y cuenta en la parte inferior con una base que impide que pueda entrar más adentro de lo necesario para evitarte cualquier tipo de problemas. Así, puedes colocarle el plug anal a tu pareja o a ti mismo, ya que resulta placentero para ambos sexos.
Dicho esto, tienes dos opciones. Por una parte, puedes utilizar el plug anal como único método de satisfacción realizando pequeños movimientos con él o los hay que incluso vienen con función de vibrador. Debido a su forma además es un buen método para conseguir estimular la próstata del hombre.
Y por otra parte, el plug anal puede ser complementario a otras prácticas. Por ejemplo, la penetración vaginal es mucho más placentera pues se nota mucho más la fricción y los orgasmos son mucho más intensos debido a que las contracciones provocan mayores estímulos. O en el caso de los hombres, sus eyaculaciones son mucho más placenteras al estimularles como se ha mencionado la próstata.