A todas nos ha pasado. Conoces a alguien, te enamoras, a veces te vuelves adicta a él y con independencia de que hayas tenido sexo o no con él, se te mete en el corazón. Aunque moralmente no está muy bien visto, lo cierto es que tal y como dice la célebre frase “uno no elige de quién se enamora”. Esté bien o no y nos guste más o menos que esto suceda, la realidad es que sucede. Y terminas sufriendo. Nadie queda libre de esfera de disparos de las flechas de Cupido. Aunque no nos vamos a meter a analizar las razones por las cuales defendemos que sí existen argumentos a favor de quienes buscan el amor fuera de casa o de quienes deciden luchar por el amor de un hombre casado, ya que cada caso particular tiene sus peculiaridades, sí que vamos a ofrecer unos consejos para que, si quieres intentarlo, sepas cómo enamorar a un hombre casado. Los pasos son prácticamente los mismos que para saber cómo conquistar a un hombre no casado, con el hándicap de que el hombre casado debe recibir el estímulo suficiente para vencer su miedo a dejar su hogar y estar dispuesto a salir de su zona de confort. Si estás dispuesta a embarcarte en esta aventura y luchar por su amor, sigue leyendo y que la suerte y el destino te acompañen.
Conquistar a un hombre
Seamos honestas. Siendo un ángel por la vida no vas a lograr nada. Tal vez sueñas con que llegue tu príncipe azul. Pero salvo en los cuentos, tú no te vas a cruzar con tu hada madrina que te conceda el deseo de quitar las ataduras que impiden que tu príncipe se enamore prendidamente de ti. Si quieres enamorar a un hombre casado, tendrás que ser tú la que vayas a buscarle. Piensa que si tú no lo haces, tal vez lo haga otra. ¿Te gustaría? Entonces debes ponerte en marcha para conquistar a ese hombre. Esto pasa sí o sí por darle sexo. El sexo es como la miel que atrae al oso a la colmena. Claro que luego tendrás que perfeccionar tus dotes para que a ese hombre le merezca la pena arriesgarse contigo y mucho más que te elija a ti frente a su familia.
Enamorar a un hombre casado no es tarea fácil. Porque por muy roto que esté un matrimonio, el hombre tiene sus comodidades al calor de su hogar. No se trata de dejar a su mujer, sino de romper con su familia, con sus amigos, vecinos y hasta con sus rutinas. Poner patas arriba una casa y verte dando explicaciones a tu familia, amigos y compañeros de por qué o cómo has encontrado el amor o la pasión de nuevo y has decidido dar el salto no es nada soñado con ningún hombre porque, por lo general, son bastante cobardes en cuanto a asumir riesgos se refiere.
A tener en cuenta a la hora de enamorar a un hombre casado
El primer dato que debes de tener en cuenta es analizar el tipo del hombre ante el que te encuentras. No es lo mismo un hombre que solo quiere sexo y que incluso está dispuesto a pagar a una prostituta, que un hombre que ha sucumbido a tus encantos, que no va buscando sexo habitualmente y para el que tú eres una aventura inesperada, que un hombre que tiene problemas matrimoniales y se siente solo y necesitado. Según el tipo de perfil de hombre que quieres, tendrás unas posibilidades de éxito y unas dificultades que asumir, así como necesidades distintas que cubrir y ofrecerle.
Antes que nada, mentalízate de que tu objetivo es muy difícil. Mejor tenerlo claro y evitar caer enferma si no lo logras. Una vez se te haya metido esto en la cabeza, sigue leyendo.
Dale lo que busca. Cada uno busca algo. Si en su matrimonio no le hacen caso, querrá atención, cariño y complicidad. Si por el contrario tiene un matrimonio bien avenido, entonces solo te queda el sexo. La mayoría de los hombres, eso sí, verán con buenos ojos que les des aventura para salir de su rutina.
Prepara un buen escenario para hacerle sentir maravillosamente y olvidarse de quién es. Organiza por ejemplo, una escapada romántica en un lugar bonito donde estéis cómodos. Así, fuera del ámbito habitual, de su entorno, le darás la posibilidad de jugar a ser quien no es, lejos de quienes le conocen. Y con ello, de olvidar sus preocupaciones diarias.
Otro paso para seducirle es alimentar su ego. Si en su matrimonio no le escuchan, tú deberás escuchar atentamente cuando te habla, pedirle que te explique cosas que te encanta escucharle, recordarle lo maravilloso que es y lo bien que hace tal cosa y también darle espacio para sentirse libre y animarle a tomar decisiones. Es decir, que todo aquello que en casa le falla lo tenga contigo.
Respeto. A todas las personas, seamos del carácter que seamos, nos gusta que nos tengan respeto. En los matrimonios, el respeto, cuando hay problemas, habitualmente se pierde. Es lo primero que se pierde, junto con las relaciones sexuales satisfactorias y excitantes. Respeta sus opiniones, sus decisiones, sus gustos, sus manías, sus deseos y hasta sus momentos de soledad y silencio. Al ver que lo respetas, se sentirá valorado y a gusto contigo.
Ten en cuenta que dos personas se enamoran cuando miran en la misma dirección. Si no lo hacen, pueden vivir una aventura pasajera, pero no habrá nada sólido. No le merecerá la pena abandonar el confort logrado en su matrimonio para aguantar otra relación sin el futuro que él soñaría tener. Y tampoco te merecerá la pena a ti tanto esfuerzo por tener al lado a un hombre del que, tarde o temprano, te cansarás también.
En la conquista del hombre casado hay que tener mucha frialdad y cabeza. El riesgo es muy elevado, el esfuerzo muy alto. Piensa si te merecerá la pena intentarlo, sabiendo que puedes fracasar, o encontrarte con un resultado distinto al que anhelas.
