Es bastante probable que hayas escuchado hablar del squirt, ¿verdad? Incluso puedes haber dedicado algunos minutos a investigar acerca del tema y a descubrir algunos detalles acerca de cuáles son los mitos y realidades en torno a la conocida “eyaculación femenina”.
El término squirt proviene del inglés y en un sentido más literal hace referencia a un “chorro”. Esto se explica porque en algunas mujeres el squirting o la eyaculación se lleva a cabo de una forma abundante, sorpresiva y realmente placentera para algunas personas.
Muchas mujeres creen que no son capaces de lograrlo, recurriendo a técnicas o investigando sobre los métodos más idóneos para sorprender a su pareja en la intimidad.
Está demostrado que los squirt femeninos no siempre son en la magnitud y abundancia con la que se los representa en la pornografía, por ejemplo.
Sí, desde luego, hay mujeres que pueden tener episodios en los que el fluido es abundante, mientras que hay otras con experiencias bastante comedidas que solo sabrán que están disfrutando de esta eyaculación gracias a la intensidad de su orgasmo, que puede ser múltiple y con espasmos profundos.
Entrenándose para el squirting
Así como existen ejercicios para fortalecer el suelo pélvico y permitir con eso que tus contracciones vaginales sean más intensas, incrementando el placer en tu pareja durante la penetración, así mismo puedes entrenarte para propiciar el squirting.
Puedes hacerlo acompañada o en solitario, incorporando a tus sesiones de masturbación algunas técnicas y nuevas exploraciones que no solo te ayudarán a conocerte mejor en la intimidad, también aumentarán el placer de estos momentos.
Lo primero que debes saber acerca del squirt y cómo puedes ocasionarlo, es que su manifestación está íntimamente ligada a la estimulación del punto G.
Es importante que sepas que la eyaculación femenina se manifiesta de modo distinto en cada mujer: en algunos casos ocurre antes del orgasmo, en otros lo acompaña y ambas manifestaciones son perfectamente normales y válidas.
Empezaremos con este interesante viaje de exploración, que te llevará a momentos sumamente placenteros mientras logras el tan ansiado squirting.
En busca del punto G
Si deseas hallar el lugar en el que puedes alcanzar el mayor placer durante el acto sexual o la masturbación, lo primero que debes saber es que te será más sencillo lograrlo estando excitada.
En ese preciso instante el tan conocido punto G se inflama, lo que lo hace mucho más perceptible al tacto.
Se encuentra ubicado en la pared frontal de la vagina, aproximadamente a unos cuatro centímetros de profundidad, aunque esta distancia puede variar de una mujer a otra, por lo que deberás prestar mucha atención durante la exploración.
Lo más aconsejable es que introduzcas tus dedos índice y corazón, con la palma de la mano hacia arriba. Tómate tu tiempo y disfrútalo.
Percibirás que hay una zona un poco más abultada y cómo al rozarla el placer se incrementa, si es así, has llegado al punto G. En caso de que tus exploraciones no den resultado, no te desanimes. Hay consoladores especialmente diseñados para su estimulación.
La técnica para tener un squirt
Una vez has hallado el tan ansiado punto G, tu misma puedes complacerte del modo en el que mejor te funcione. Podrás masajearlo, presionarlo e imponer el ritmo que desees, dependiendo de tus necesidades y de tus sensaciones. Si sientes un extraño deseo de orinar, no te preocupes, es perfectamente normal.
Puedes acompañar tu exploración y la forma en la que masajeas el punto G con otros estímulos y movimientos para incrementar el placer, como contraer el ano, ejercitar los músculos pélvicos (es fácil lograrlo imitando el movimiento que haces para contener la ganas de orinar, repitiéndolo de forma consecutiva) o masajeando también tu clítoris al tiempo que te exploras.
Cuando sientas que se aproxima ese momento, maneja la situación a tu ritmo y muy probablemente te lleves una grata sorpresa al percibir cómo desciende una cantidad de fluido abundante, al tiempo que vives uno de tus orgasmos más intensos.
Si no encuentras el punto G o lo hallas, pero los efectos no son los esperados, no te desanimes. Debes recordar varias cosas:
• Puedes seguir intentándolo cuantas veces lo desees, con la seguridad de que será muy grato vivir esta experiencia cada vez.
• La eyaculación no es igual de abundante en todas las mujeres, por lo que podrías tener un orgasmo memorable, sin que esté acompañado de una segregación de fluidos exagerada.
• La eyaculación podría manifestarse antes del orgasmo, por lo que podrías continuar estimulándote hasta llegar al ansiado desahogo.
En el caso de que desees provocar un squirt en tu pareja, debes prestar mucha atención a cada una de estas recomendaciones, especialmente al provocar en ella un alto grado de excitación, lo cual sucederá si recurres a intensos juegos previos.
La penetración será de mucha ayuda para que el squirt se produzca. Sigue los consejos y sé paciente, creativo y ardiente al explorarla. Comunícate con ella. Sabrá mejor que tú en qué zonas percibe mayor placer y podrá indicarte cuáles son los puntos que estimular para que la eyaculación se produzca.