Cuando se piensa en orgasmos es inevitable dirigir la mente hacia el contacto físico y, con frecuencia, a prácticas sexuales que requieren de dos personas. Aunque no hace falta resaltar lo sano de la masturbación de cara a obtener placer en soledad, sí es interesante (y excitante) acercarnos a prácticas sexuales que eliminan el componente genital y que, a través de movimientos y respiraciones, pueden ayudar a alcanzar el clímax.
Existen muchos estudios en torno a los distintos tipos de orgasmos y, a día hoy podemos encontrar múltiples investigaciones que tratan del orgasmo mental. De todas ellas, una de las propuestas más interesantes es la de Barbara Carrellas, una sexóloga afincada en Nueva York que inició toda una corriente denominada por algunos como neurosexo.
La propuesta de Barbara Carrellas, que puedes probar sin desvestirte, consiste inicialmente en practicar unas respiraciones profundas y con ritmos acelerados de manera que se concentre la energía en torno al estómago. Una vez alcanzado este punto, se balancean las caderas hacia arriba y hacia abajo, acercándote a la sensación del clímax. Esta práctica es cercana a corrientes sexuales como el sexo tántrico e incluso a ejercicios como el yoga.
Otra propuesta interesante es la que conecta el cerebro con los orgasmos. El cerebro, lo sabemos, es un órgano clave en el sexo y el responsable de todos los orgasmos que tenemos. Por eso existen teorías en las que la estimulación cerebral es la única herramienta para la eyaculación mental. Estas prácticas las pueden llevar a cabo tanto hombres como mujeres, aunque será más efectiva para ellas dado que existe una conexión directa entre el cerebro y las paredes vaginales.
Para alcanzar estos orgasmos, los expertos recomiendan los siguientes pasos: el primero consiste en relajarte, uno de los mantras sexuales (sí, también cuando hay contacto físico). El segundo paso es dar rienda suelta a las fantasías eróticas para ayudar a excitarte. También en este punto puede ser bueno recordar encuentros anteriores e incluso imaginar que estás teniendo sexo en este momento. Tras esto llega el punto clave, concéntrate en tu respiración y en tu cuerpo. Después de esto sigue imaginando y creando nuevas fantasías. Durante este proceso puedes ayudarte con sonidos de orgasmos o con imágenes que te estimulen, simplemente recuerda no perder la concentración. Repite estos pasos durante varios días; con la práctica te costará cada vez menos llegar al orgasmo.
Existe también otro tipo de orgasmos muy particular: el ASMR (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma), también conocidos como orgasmos cerebrales. Este se puede activar con cualquier cosa, desde una persona o un vídeo hasta algo tan simple como un sonido o una acción. Eso sí, no todo el mundo tiene acceso a estos orgasmos y no existe una pauta específica a seguir porque a cada persona le excitarán y le harán alcanzar el clímax cosas diferentes.
Esta propuesta para alcanzar orgasmos sin contacto físico está relacionada con una reivindicación, por un lado, del sexo en solitario, y por otro del autoconocimiento. A través de estas prácticas sexuales podrás liberarte de la prisión del tacto, lo que te permitirá aprender a escuchar tu cuerpo, mejorará tu percepción sexual propia y tu vida sexual con terceros. Además, para una mayor intensidad durante el sexo con tu pareja, puedes probar a incorporar estas técnicas durante el acto sexual. Al fin y al cabo, el orgasmo mental y el orgasmo físico generan la misma respuesta en el cuerpo.