¿Te gustan las emociones fuertes? ¿Crees que estás listo para elevar el nivel de confianza que depositas en tu pareja? ¿Quieres añadirle picardía, furor y un toque de justa perversidad a tus encuentros sexuales? En ese caso el BDSM es la respuesta.
Durante años se ha tendido a confundir el término BDSM con prácticas como el sadomasoquismo o el bondage, pero la verdad es que el término es mucho más universal y condensa, en sí mismo, cada una de estas alternativas eróticas.
Así es, son más eróticas que sexuales, porque muchas de ellas forman parte del juego previo para poner la situación a tono y luego pasar a cosas definitivamente más acaloradas.
¿A qué se refieren las siglas BDSM?
En primer lugar, el BDSM no es un asunto nuevo, ni mucho menos reciente. Algunas de las dinámicas eróticas que comprenden este concepto se han estado practicando durante muchos años, la mayoría de ellas sometidas al tabú y a los prejuicios.
Fue en la década de los 90 cuando se acuñó el término, usando las siglas BD para referirse al Bondage y a la Dominación y las iniciales SM para hacer mención al Sadismo y al Masoquismo.
Sí, puede que escuchar cada uno de estos términos de buenas a primeras suene a perversión, pero no tiene por qué serlo en lo absoluto y te lo explicaremos en detalle, valiéndonos de las normas del BDSM para dejarlo más que claro.
En primer lugar, ¿qué incluye el BDSM? Pues bien, en él se dan cita:
● El Bondage consiste en inmovilizar total o parcialmente a la pareja con sogas, esposas, lazos u otros implementos.
● La Disciplina, que no solo consiste en el rol que interpreta cada uno, sino en seguir instrucciones e imponer códigos de obediencia en los que, de haber una infracción, puede sancionarse con castigos.
● La Dominación, que será ejercida por aquel miembro de la pareja que lo decida así. Esta persona impondrá las normas del juego, así como los castigos, tomando control sobre su pareja.
● La Sumisión, que consiste en entregarse por entero a los designios de la pareja sin poner resistencia.
● El Sadismo, es una conducta erótica o sexual que conlleva a la persona que la ejerce a encontrar placer mediante el maltrato físico o psicológico del otro.
● El Masoquismo, consiste en alcanzar la excitación gracias al maltrato que ejerce el otro en ti. La persona masoquista también podría infringirse el daño a sí misma para lograr placer.
Una vez que sabemos todo lo que está permitido dentro del BDSM, pasemos a sus normas claves para comprenderlo:
Safe, Sane & Consensual.
Traducido al español: Seguro, Sano y Consensuado. Porque esta es la clave fundamental no solo para entender el BDSM, también para practicarlo. Todo lo que sucede en la intimidad está previamente acordado por la pareja, desde los roles que interpretará cada uno, las técnicas a usar, la intensidad de los castigos o estímulos, así como el momento en el cual el que domina debe detenerse. Todo se acuerda de forma sana, segura y equitativa.
Una palabra para estar a salvo
Dentro de los acuerdos del BDSM está la palabra de seguridad. Es un término que le indicará a tu compañero o compañera cuándo debe detenerse o cambiar de estrategia. De esa forma cada uno de los miembros de la pareja se mantiene a salvo de las extralimitaciones que puedan llevar el juego a linderos que ya no son placenteros o posiblemente abusivos.
El rol a interpretar
Esto también se acuerda y hasta puede haber situaciones en las que la dinámica se inviertan. Básicamente en el BDSM se interpretan principalmente dos roles: el de la dominación y el de la sumisión.
El dominante es el que lleva las riendas del encuentro. Él inmoviliza a la otra persona, decidiendo cómo lo hará, así como la postura a recrear. También escoge los castigos, además de los métodos que usará para ellos, valiéndose de varios utensilios, entre los que podemos mencionar fuetes, pinzas, látigos, etc. Tendrá a su merced a su pareja para erotizarla y estimularla, empleando ciertos juegos.
El sumiso es el que decide ponerse en manos de su dominador para experimentar todo el placer que le producen sus castigos, estar inmovilizado y en ciertos casos, no poder siquiera ver cuál es el siguiente movimiento que llevará a cabo su pareja.
Los roles no tienen por qué ser fijos y como hemos dicho antes, las parejas pueden intercambiarlos, si eso es lo acordado.
Escoge un buen collar
Dentro del BDSM el collar es mucho más que un accesorio, es un símbolo del acuerdo de sumisión. Las características del mismo dependerán de lo que prefiera la pareja. Incluso hay collares que hacen parte de la dinámica para inmovilizar a la persona que lo lleva puesto.
Un atuendo al puro estilo BDSM
Si quieres llevar esta alternativa al siguiente nivel, te sugerimos escoger un atuendo apropiado. Algunas personas se lo toman muy en serio, vistiendo para sus encuentros interesantes conjuntos elaborados a partir de cuero, látex, vinilo o neopreno.
La imaginación es el límite y la verdad es que la indumentaria ayuda muchísimo para que la creatividad vuele en estos ardientes episodios de dominación y sumisión.