Todo el sexo que no forma parte de lo normativo, de lo estándar, tiene un doble efecto que produce a la vez miedo y curiosidad. Lo misterioso y desconocido, inevitablemente, produce a la vez rechazo y curiosidad. Por eso hoy queremos dejar atrás todos los aspectos negativos de una práctica tan desconocida como es el bondage y quedarnos solo con lo bueno, con lo excitante.
Antes que nada es básico aclarar que no, el bondage no es BDSM. O al menos no al completo.
Esta práctica es solo una de las distintas técnicas sexuales de que se compone el BDSM y es, quizás, la más inofensiva de todas (no duele, no hiere, tan solo es un juego erótico). El bondage consiste, básicamente, en atar a la pareja sexual con el objetivo de inmovilizarla utilizando cuerdas, pañuelos, cinturones o cualquier otra herramienta que se tenga en casa. Y aunque hablamos de una práctica que es “desconocida”, lo cierto es que muchas personas se han sentido tentadas de realizarla más de una vez, solo que no eran conscientes de que eso era el bondage.
Pero, ¿cómo introducirse en el bondage? Aquí van cinco nudos aptos para novatos que busquen su primera experiencia en el mundo de las cuerdas y las ataduras:
Nudo espiral
Este nudo es uno de los más básicos ya que consiste en inmovilizar solo una de las extremidades del cuerpo. Para ello se utiliza una cuerda (o cualquier otro utensilio) y se hace un nudo solo con el giro de la cuerda que ate la muñeca o el tobillo a parte del mobiliario de la habitación, como pueda ser el cabecero de una cama.
Nudo mariposa
Otro nudo ideal para empezar a practicar es el mariposa, donde la cuerda ata o los dos brazos o las dos piernas a través de una atadura algo más compleja que en el nudo anterior pero que no hará daño ya que no ejercerá presión.
Nudo esposa
El siguiente nivel es el nudo esposa, una atadura más fuerte que, como su nombre indica, imita la forma de unas esposas reales. Aquí se pueden atar muñecas o tobillos juntos e incluso sumar algún elemento externo. Si se quiere arriesgar un poco, se puede probar a atar las dos manos a la espalda.
Nudo presilla
Este nudo, facilísimo de hacer, se usa solo con una extremidad y es el mejor si lo que se quiere es atar distintas extremidades a distintos lugares. Por ejemplo, es perfecto para atar a una persona en la cama en forma de X.
Nudo ballestrinque
Por último, a la hora de atar en la cama, el nudo que ofrece mayor firmeza y que a la vez también es muy fácil de hacer es el ballestrinque.
Aunque estos son cinco ejemplos distintos, lo cierto es que estos nudos se pueden usar tanto de forma independiente como combinándolos. Al fin y al cabo, la idea es experimentar; esto es solo una puerta de entrada a todo un mundo como es el del bondage. Eso sí, no debemos olvidar que esta práctica debe ser consensuada por las dos personas, así como es buena idea establecer una palabra de seguridad con la que parar si una de las dos personas no se siente cómoda, no está disfrutando o incluso está sufriendo algo de dolor.