El sexo es un arte. Como tal, debe aprenderse y practicarse con paciencia, con tesón pero también con placer. Sin embargo, la vida moderna nos impone un ritmo de vida altísimo que puede llegar a repercutir negativamente en la calidad de nuestra vida sexual. Al estar más cansados, nos olvidamos de que existen toda una serie de juegos previos que hacen que nuestras relaciones sexuales sean más satisfactorias y, a la vez, que nuestros cuerpos se calienten y humedezcan, haciendo más fácil y placentera la penetración. Por eso, para los que anden escasos de imaginación, aquí van 5 juegos preliminares que nunca fallan para tener un sexo de orgasmo.
Antes de entrar en materia, un pequeño tip. Es buena idea que, en el camino a casa (o a lo largo del día), vayas caldeando el ambiente. ¿Por qué no mandarle algún que otro mensaje a tu pareja subidito de tono? ¿Tal vez alguna foto? O un audio con voz sexy.
El arte del desnudo
Desnudarte y desnudar a tu pareja es algo que permite muchos tipos de juegos distintos, todos muy efectivos a la hora de prender la mecha. La opción clásica es el streptease, poner su canción favorita e ir quitándote la ropa mientras haces un baile cargado de erotismo. Otra posibilidad es jugar a juegos con los que desnudaros, como el strip póker o un ahorcado en el que cada vez que alguno falle tenga que quitarse una prenda. También puedes simplemente desnudar a tu pareja con suavidad, acariciando su piel. Sea cual sea la opción, lo ideal es preparar el ambiente de manera adecuada (unas velas aromáticas, poca luz…) y mantenerlo todo lo que dure el encuentro.
Besos húmedos
Ahora que tenéis poca o ninguna ropa, es el momento de empezar el contacto físico. Para ello, el primer paso son los besos. Pero no vale cualquier beso. Humedece bien tus labios con la lengua y empieza por el cuello y la boca, alternando besos con pequeños mordiscos. Puedes jugar también con el aliento para estimular las zonas erógenas e ir, lenta y cuidadosamente, pasando tu lengua y tus labios por todo su cuerpo.
Masajes
Otra manera de continuar ese contacto físico es a través de un masaje. Esto te permite combinar la relajación del cuerpo y sus músculos con caricias que estimulen a tu pareja. Recréate, masajea sus brazos y sus piernas, su espalda, sin prisa, pasando poco a poco a las nalgas, el pecho y los genitales, acabando (tal vez) con una masturbación que de paso al coito. Por supuesto, está más que recomendado utilizar aceites y/o lubricantes para que las sensaciones sean más placenteras.
Baño caliente
Una alternativa al masaje es el baño. El agua caliente es una herramienta estupenda para estimular los sentidos y, además, también permite mucho contacto físico. La idea es que lo hagáis juntos, es decir, que os lavéis el pelo el uno al otro (una manera perfecta para relajaros), que os frotéis el cuerpo con jabón y, bueno, quién sabe, tal vez entre una cosa y otra al final no podáis esperar a salir de la bañera para tener un sexo memorable.
Fantasías
Por último, otra opción que nunca falla es poner en acción esas fantasías que tu pareja te ha comentado (o que tú le has contado) y que por culpa de la rutina no habéis tenido tiempo de llevar a cabo. Por ejemplo, por qué no utilizar un disfraz o hacer un juego de rol. O tal vez utilizar algo de lencería erótica y poner en juego algunos juguetes como unas esposas, unas cuerdas, unas vendas o incluso vibradores. Las opciones son tantas como fantasías e imaginación tengas.
