Para que una relación de pareja funcione se deben cuidar ciertos aspectos como la confianza, la comunicación, la intimidad y, por supuesto, el sexo. Y lo cierto es que sucede que, en ocasiones, por culpa del cansancio o el desgaste del tiempo, la frecuencia sexual disminuye y la calidad de los encuentros baja. En esos momentos se debe estar alerta y buscar estrategias que reaviven la llama de la pasión, se deben buscar recursos que provoquen que los encuentros sexuales mejoren y la libido aumente. Para cumplir este objetivo existen muchos tipos distintos de juegos sexuales, no obstante, hoy queremos hablar de uno en concreto, los juegos de rol.
Seguro que a más de uno le suena esto del rol. Este tipo de práctica parte de un concepto muy simple, ponerse en la piel de otro personaje e interpretarlo a modo de teatro (un teatro muy placentero). El primer paso, por tanto, es discutir el contexto del juego con la pareja y elegir bien qué personaje interpretará cada uno. A la hora de llevarlo a cabo, eso sí, se puede complicar un poco más. Aunque todo puede empezar como una simple interpretación, los juegos de rol sexuales pueden llevarse un paso más allá a través de una escenografía (o incluso jugando en el exterior) y haciendo uso de disfraces. Pero como queremos que os pongáis manos a la obra cuanto antes, aquí van cinco ideas para probar los juegos de rol con tu pareja.
Polis y ladrones
La primera propuesta es directa, simple y excitante, independientemente de quién haga qué rol. Qué pasa si él es el malo de la película y es ella quien lo detiene utilizando sus esposas para luego llevarlo a una cárcel en la que jugar con él. O qué tal si él es un detective que necesita resolver un caso y ella es la sospechosa. Ideal para experimentar con disfraces y otros juguetes.
La política también es sexy
Teniendo en cuenta la época en la que estamos viviendo, es normal que muchos ciudadanos estén indignados con los políticos que nos representan pero, ¿y si se aprovecha este contexto llevándolo al ámbito sexual? Tal vez ella es la representante de un partido y él un sindicalista indignado que, al exponer sus quejas, obtiene algo más que la atención de ella.
Un juego de preguntas
En este caso, tenemos un dos en uno. Por un lado, el juego puede basarse en una entrevista, ya sea de trabajo o para prensa, en la que uno toma el papel del entrevistador y otro el del entrevistado. Por otro lado, el clásico profesor/a y alumno/a en el contexto de un examen oral.
Dos extraños
Esta propuesta puede prescindir del disfraz (aunque se puede llevar ropa nueva o alguna prenda que la otra persona no conozca) a cambio de utilizar un espacio público para el calentamiento. La idea es que las dos personas son completos desconocidos que se cruzan en la calle (en un bar, en una tienda, en una librería). ¿Cómo acabará la noche después del encuentro?
El masaje
Por último, un juego de rol que combina la relajación, la intimidad, el erotismo y el placer. Tan simple como que uno de los dos sea quien hace del masajista y la otra persona interpreta al cliente, que puede dar conversación al profesional, en busca de un final feliz o, tal vez, un coito orgásmico. En este caso, aunque para uno de los dos sobre el disfraz, sí recomendamos trabajar bien la ambientación si se quiere una experiencia memorable.